Por Julián Rodríguez
Yonathan Gonzalo del Valle Navarro no dudó ni un segundo en visitar la escuela de futbol donde surgió, desde donde dio el salto al profesionalismo.
El apodado “Toro” es extracción de la escuela de futbol Cremonese, que dirige el director técnico profesional Martín Bello, quien se mostró feliz por la presencia del aguerrido delantero que hoy defiende los colores del equipo Sub-18 de los Pumas de la UNAM.
El espigado jugador de 1.83 de estatura y 80 kilos de peso aprovechó su pasó por esta ciudad para acudir a la cancha de El “Kiosko”, en Coapexpan, donde entrenan los chicos de la academia de la que han surgido al balompié de paga al menos 8 jugadores.
El “Chicharito”, apodo que se ganó en su estancia con el Cremonese desde los cinco años de edad, charló con los chicos. Les habló de sus sueños, de sus ganar por sobresalir y también de los obstáculos que se le han presentado en el camino para llegar hasta donde está, pero sobre todo les exhortó a dar el máximo esfuerzo y que con trabajo constante se pueden llegar hasta donde ellos quieran.
Los pequeños lo miraban con admiración, pero no perdían detalle de lo que decía. “De aquí salí, de aquí di el salto y por eso vengo. No olvido mis orígenes porque siempre voy a estar agradecido, sobre todo con mi entrenador Martín Bello quien me ha enseñado todo lo que se”, dijo el centro delantero titular de la filial felina.
“Gonza”, como también le dicen sus compañeros en Pumas, jugó un rato con los niños. Compartió momentos alegres y luego se retiró a su hogar de la capital veracruzana para más tarde trasladarse a la Ciudad de México y reportar con su equipo.
Sin embargo, el destacado ariete aseguró que vive actualmente los mejores momentos de su vida. “Vivo mi mejor momento y le doy gracias a Pumas porque me ha dado la oportunidad y hoy es todo para mí, lo que me obliga a darlo todo, echarle más ganas y porque quiero ser un referente”, expuso.
Pero no lanza las campanas al vuelo, ya que sabe que la exigencia en el plantel es mucha y no puede darse el lujo de bajar el ritmo en cada partido que juega. “La exigencia por ser de Pumas es el doble, ya que lo que lo caracteriza es la garra, la entrega y el amor a la camiseta”, agregó.
Reconoce que el nivel en el que está es muy alto y debe mantenerse en la misma línea. “Es una cosa muy distinta al futbol amateur; hay mucha exigencia, hay que se perfecto con el balón, jugar fácil y ser dinámico”.
El “Toro”, llamado así por sus compañeros por el físico imponente que tiene para sus 18 años, confesó que quiere debutar en un futuro no muy lejano con el conjunto auriazul. “No me veo estancado en una Sub-23, me veo en Primera División teniendo un buen sueldo”.
También nos dijo que no descarta vestirse un día la casaca verde del seleccionado nacional. “En realidad pienso ganar el goleo para ser llamado en la próxima convocatoria”, precisó el jugador que, por cierto, en su último encuentro de filiales fue el artífice de la victoria felina al marcar los tres goles que le dieron la victoria a su equipo sobre Santos Laguna.
Finalmente, el peligroso delantero nacido el 6 de enero de 2005 no pasó por alto agradecer el respaldo que le ha dado en su carrera la señora Brisa Ronzón Hernández.