Por David Retureta Valencia
No puede haber orgullo más grande para un padre que su hijo destaque en algo, y qué mejor en algo que se le ha enseñado desde pequeño, que amas y que lo haces con pasión.
El béisbol es casi un apellido que la familia Quiñones lleva pegado, y con el llamado de Emmanuel Quiñones, pitcher derecho, su papá no pudo ocultar la felicidad y el orgullo que siente por su vástago.
Javier Quiñones Rodríguez es el nombre del orgulloso padre, quien mencionó que ha sido muy grato tener noticias de que su hijo esté destacando y creciendo en su deporte, lo cual cree es fruto solamente de su trabajo y su esfuerzo.
Además de ser su padre, Javier Quiñones fue parte del desarrollo de Emmanuel, pues también fue su entrenador en edad temprana, por lo que tiene un punto de vista distinto a lo que nada más el amor de padre pueda dar.
“Hemos venido creciendo junto con él (Emmanuel Quiñones) y con los equipos que ha estado, la verdad es que nos hemos dedicado a apoyarlos y conforme hemos podido preguntar, investigar cosas que inculcar a nuestros hijos y compañeros de equipo cómo se juega el béisbol, simplemente tenemos que aplicarlas”, mencionó el padre.
Reconoció que al principio el béisbol fue para distracción, para sacarlos del ocio y demás actividades que les pudieran afectar en su desarrollo humano, para que tuvieran actividad física, pero después lo tomaron como Parte de su vida.
“Primero fue para quitarlos de la computadora, videojuegos y demás actividades que poco ayudan, pero después conforme a sus capacidades físicas y atléticas fueron desarrollándose mejor, primero fue mi hijo Javier y ahora Emmanuel; pero jamás nos imaginamos que fuera a tener tanta proyección”, mencionó.
Para finalizar, a pesar del orgullo que siente como padre, también está el punto de vista de entrenador, por lo que como procreador dijo que lo que quiere es lo mejor y destaque como nadie. Pero desde la otra perspectiva, tocó el punto del realismo, donde explicó que hay que ser realistas, pues nada se da por casualidad o por el simple deseo, si no que todo se consigue con base a entrega y al trabajo, cosas que les ha inculcado siempre a sus hijos.