Por Julián Rodríguez
El deporte xalapeño se visitó otra vez de luto tras el sensible fallecimiento del ex jugador de los Delfines de Xalapa, Édgar Giovanni Albarrán Torres.
De acuerdo a la información proporcionada, el veloz extremo sufrió un terrible accidente en la escuela en la que laboraba, donde fue trasladado a un hospiotal del puerto de Veracruz para que fuera intervenido quirúrgicamente, pero lamentablemente murió.
La sorpresa agarró a todos mal parados porque aunque la muerte no espera ni avisa nadie se esperaba un acontecimiento de esta magnitud, sobre todo porque hace un par de meses su hermano Julio Gamaliel Albarrán también había emprendido el viaje sin retorno.
Futbolistas que integran varios grupos de whats app comenzaron a compartir la infausta información desde que el llamado “Niño” sufrió el percance.
Todos sus amigos se unieron en oración. Todos lamentaron el momento que vivía Édgar Giovanni y su familia, pero pasaron unas horas para que se hiciera oficial su fallecimiento.
El ex Delfín había dejado de existir. A las mentes de todos aquellos que lo conocieron surgieron mil recuerdos, cientos de anécdotas y otro tanto de vivencias.
Nadie lo olvida, especialmente por su forma de ser, por esa frase de la canción de los “Hombres G” que adoptó y que en cada publicación que hacía en Facebook la escribía: “Nunca hemos sido los guapos del barrio”.
Una parte de su historia futbolera, es cuando a los casi 14 años hacia su debut en el futbol de la Tercera División con los Delfines de Xalapa. Fue allá, en el Parque Deportivo Colón donde el “Niño” Albarrán se estrenó en un duelo antes los Avispones de Chilpancingo, al que le anotó su primer gol en este circuito de ascenso.
En el terreno de amateur jugó para muchos equipos, pero al que defendió siempre con amor y entrega fue al Dique, barrio del que surgió el 16 de octubre de 1976.
Su partida es dolorosa, pero ya estará al lado de su hermano Gamaliel, otro histórico jugador que tristemente también partió a otro plano superior, a un lugar en el que ahora tal vez compartan juntos su cariño y el amor a un deporte que los unió y que hoy los vuelve inmortales porque permanecerán por siempre en las mentes y corazones de quienes los conocieron. Descansa en paz “Niño” Albarrán.