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Leyendas de El Dique se volvieron a reunir
- Escrito el:: 16 diciembre, 2021
Equipo que sin duda es el de mayor tradición y más ganador en nuestra ciudad
Por Julián Rodríguez
Dicen que recordar es vivir y eso mismo hicieron varias leyendas que en una época defendieron los colores del equipo Dique, sin duda el de mayor tradición y más ganador en nuestra ciudad.
La reunión fue entre amigos, entre legendarios, aunque faltaron muchos otros que, debido a compromisos contraídos con anterioridad, no pudieron asistir.
La cita tuvo lugar en un restaurante de la avenida Rafael Murillo Vidal, donde decenas de anécdotas de los mismos protagonistas surgieron de manera espontánea.
Lorenzo Nieto, Rogelio Galván, Pablo “Hachita” Cruz, Roberto Capistrán, Rodolfo Ferrer, Manuel Mendoza, Ariel Lorenzo, Ángel Maldonado y Saúl “Pájaro” Cortez, respondieron al llamado, no podían faltar porque sólo una vez al año pueden verse, pueden disfrutar de sus compañías como lo hacían en aquellos ayeres de su juventud.
Varios de ellos continúan jugando, otros ya están en el retiro, digamos que sus cuerpos ya no son los mismos, las dolencias propias de muchos años de futbol han cobrado factura y por decisión propia dieron un paso al costado; ven todo desde afuera de la cancha.
La reunión se extendió por varias horas. La historia de cada uno fue desfilando por la mesa que ocuparon. Contaron desde sus inicios, sus títulos, sus conquistas y hasta sus broncas que, por cierto, fueron muchas.
No callaron sobre aquellos rivales que eran una verdadera calamidad dentro del campo, de jugadores problema que no se tentaban el corazón para romperle la pierna a un rival o armar batallas campales.
En este rubro, uno de ellos fue artífice de un título en marzo de 1986 cuando enfrentaron en el estadio “Antonio “M. Quirasco” al representativo de la colonia Francisco I Madero, escuadra que tenía en la defensa a unos guerreros muy, pero muy duros, cuyas aduanas eran impasables y que tenían como lema ese que dice así: “pasa el balón, pero el jugador no”.
Sin embargo, con goles del “Pato” Benjamín Hernández y el “Pájaro” Saúl Cortés, los del popular barrio se apuntaron la victoria y por ende obtuvieron la corona, hecho que provocó una guerra campal jamás vista.
Los viejos futbolistas sonrieron y hasta se carcajearon al recordar esos momentos, pero también un velo de nostalgia los envolvió al saber que ese pasado ya no volverá, que quedaron sólo en sus mentes y sus corazones.
Así vio el final. El reloj se fue comiendo los segundos, los minutos y las horas, llegando justo el tiempo de decir adiós, de despedirse, de darse un abrazo y apretón de manos sinceros con la firme promesa de verse el próximo año, y como dijera la canción, en el lugar de siempre, en la misma ciudad y ojalá que con la misma gente.
