Por Julián Rodríguez
Es triste ver que el campo del majestuoso estadio xalapeño “Heriberto Jara Corona” está en pésimas condiciones.
Y viéndolo de esta manera quien o quienes tienen a su cargo el mantenimiento del mismo hacen caso omiso de sus cuidados.
Prueba de ello es que en pleno corazón del campo está un hormiguero de grandes proporciones, incluso el pasto está en deprimentes condiciones, no dignas de él.
El máximo escenario deportivo de nuestra ciudad, cuya construcción inicio en 1925, es además catalogado como un elefante blanco ante la nula actividad para la que fue construido y rehabilitado a través de los años, pero también es considerado en Latinoamérica como una joya, es de los mejores, pero tal parece que quien debe mantenerlo en óptimo estado no lo cree así.
El histórico y legendario lugar que incluso es testigo de la presencia del máximo artista mexicano de todos los tiempos, Pedro Infante, está cerca de cumplir sus 100 años, pero es lamentable que en la actualidad luzca peor que un potrero, ante lo que sólo podemos decir que es un desinterés total del administrador del mismo.