Por Julián Rodríguez
Colfraima celebró sus 48 años de vida y lo hizo con un juego amistoso entre leyendas del barrio ante otro grande como lo es Dukla San Bruno, duelo que tuvo lugar en la cancha principal de la Unidad Deportiva Universitaria.
El partido fue cerrado y prueba palpable es que terminaron a cero goles.
Nadie se hizo daño en el terreno de juego, pero se vieron destellos de aquellos jugadores que hace casi cinco décadas dieron brillo al conjunto de la colonia Francisco I Madero.
Vimos a un entero Melchor Hernández, recordamos aquel fiero mediocampista que junto a otros del Colfraima fundaron al equipo hace ya 48 años.
Quedó de manifiesto la entrega del “Baby” Maldonado y Mario Báez, así como la tozudez del “Diablo” José Claudio Méndez, quien en una de las entradas que recibió salió con el pómulo inflamado, producto de un golpe accidental recibido por parte de uno de sus adversarios. “Pero así es esto el futbol”, acabó diciendo y enseñando el chipote cerca de su ojo derecho.
Al duelo del recuerdo asistieron los legendarios de ambos equipos. Los de la Colonia Francisco I. llevaron a varios de sus fundadores como Melchor Hernández, Daniel barradas, el mismo Jorge García el “Dientes”, el “Diablo” José Claudio Méndez, el “Baby” Miguel Ángel Maldonado, Javier “Javo” Hernández, Mario, Micky y Alberto Ronzón, así como Mario Báez, Johnny García, Miguel Vicencio y el “Perrito” Édgar López.
San Bruno alienó con su portero “Kiko”, Mario “Grillo” Prado y Teodoro “Yoyo” Cortés, ambos con paso en el futbol de la Segunda División, además del “Borrega” Julio César Fernández, entre otros.
Tras concluir el encuentro, jugadores de ambos equipos se trasladaron a las gradas del coloso universitario para compartir los sagrados alimentos que llevaron para la ocasión.
Allí todos los jugadores recordaron y contaron sus experiencias, viejas e increíbles anécdotas, sus campeonatos y sus muchas broncas, pero que sólo ellos pudieron vivirlas.
Luego de un par de horas cada uno se dirigió a sus hogares, pero dejaron la promesa en la mesa de volver a reunirse el próximo año, algo que ya se ha vuelto tradicional en el legendario equipo Colfraima.