Por Julián Rodríguez
“Tú no te metas chaparrito”, al decir esto el sujeto sacó su pistola y se la puso en la frente al chico que al ver que sus compañeros se involucraban en una bronca fue el primero en saltar.
Jesús Llera Bello, exfutbolista y ahora atleta máster recordó esa escena que le quedó muy marcada en su memoria, pues afirma que, aunque no sintió miedo, “volví a nacer”, dijo.
Pero la historia de Chucho Llera, procedente de una dinastía conocida y respetada en la ciudad, comienza en 1947 cuando sus padres Francisco y Manuelita decidieron echar raíces en esta ciudad tras dejar su natal San Pablo Coapan, cercano a Naolinco.
Su estancia fue la famosa colonia Aguacatal, junto a otro barrio bravo como lo es la Progreso Macuiltepec, lugares que fueron su cobijo de niño y adolescente, donde conoció a chicos más grandes que regularmente daban la cara por ellos en cualquier circunstancia de pleitos, de broncas, pues es de saberse que en ambos sitios predominaba la ley del más fuerte.
“Nuestra calle era la Nuevo León. Era mi barrio de jugar futbol, de correr, donde nos cobijábamos en nuestros amigos más grandes como el ´Juanito´, el ´Casi´ y el ´Mario´, quienes nos protegían de otros chavos que no eran de aquí y que nos querían agarrar de hijos, y aunque éramos calmados siempre sacábamos la garra, el coraje”, dijo.
El menor de 8 hermanos echa su recuerdo atrás y nos narra que fueron sus hermanos mayores los que los empujaron hacia el deporte. “La mayoría de ellos tenía una disciplina, incluso mi padre, pese a ser campesino jugaba bien el basquetbol, de hecho, siempre lo llamaban para reforzar a los equipos que había en ese entonces, de allí surge la sangre de deportista”, expuso.
El deporte fue su escape en una época en que las adicciones empezaban a escoger a sus víctimas, a los más débiles de mente, espíritu y corazón. “Me refugié en el futbol, en el atletismo, el judo, el karate y también en el basquetbol, pero los dos primeros me llamaron más la atención”, precisó Chucho Llera, hoy reconocido atleta máster de la capital veracruzana.
Sabe que pudo haber hecho algo más en su vida, pero a estas alturas ya ni arrepentirse es bueno. “No tuve la decisión en el momento oportuno de jugar profesionalmente, de lograr algo más, pues como todo joven inquieto quise emular las hazañas de los deportistas destacados de moda, de otros barrios, pero no lo hice, mi carácter y temple se debilitaron”, comentó.
Su paso por el balompié lo llevo a defender los colores de algunos equipos como Nuevo León, Deportivo Llera, Oro, Protegón, con este último se coronó en el famoso, pero ya desaparecido campo del “Chinini”.
Con el correr de los años, “Chucho” Llera incursionó en el atletismo, siendo el deporte que en los últimos cinco años le ha dado muchas satisfacciones. “Tengo 42 años de practicarlo de forma amateur, pero sin duda alguna me ha dado muchos momentos felices y aunque no soy muy bueno no me rajo, pues en las competencias en las que he participado nunca me he salido, siempre las concluyo”, señaló.
Sobre esto nos comentó con tristeza, que lleva en su cabeza las palabras de su hermana María Luisa, quien tras el fallecimiento de su mamá Manuelita, ella se hizo cargo de él y sus hermanos, por lo que la consideró su segunda madre. “Gracias a Dios que me dio la oportunidad de tener a ella como mi hermana y segunda madre, pues fue la que nos levantó, la que siempre me dio palabras de aliento para ser el mejor en cualquier actividad que realizara”.
Hombre fuerte, pero con un corazón sensible, Chucho Llera la recordó y tragó grueso, pues ella siempre asistía a las competencias en las que participaba y desde afuera lo alentaba con sus gritos y porras. “Era mi máxima porrista, pero ahora que ya no está conmigo volteó a las gradas y no la veo; siento nostalgia, tristeza”.
Desde ya hace muchos años, Llera Bello ha participado con mucho éxito en un sin fin de competencias, locales, estatales y nacionales, de hecho, en su última participación, la primera internacional celebrada en Costa Rica, debutó en cuatro pruebas, todas de velocidad, alcanzando destacados lugares, aunque no subió al podio, lo más cercano fue el cuarto lugar en el relevo 4×00, pero dijo que lo hizo un poco disminuido físicamente, ya que lo hizo con un dolor en la pierna. “Nos hubiéramos metido al podio, pero hubo un parpadeo en la entrega de la estafeta y aunque faltando 20 metros se me recrudeció un tirón que ya traía, fue entonces que en un instante se me vinieron muchas cosas a la mente y me dije ´voy a salirme´, sin embargo, pensé en mi familia, en mi ciudad, mi país y no me rajé, por lo que apreté con más fuerza y ya nadie me rebasó”.
En las pruebas de 400, 200 y 100 tuvo discretas actuaciones, pero reconoció que al ser su debut los resultados fueron buenos. “Fue una buena experiencia, sobre todo de aprendizaje y me lleva a pensar que en la siguiente participación tendré mejores resultados”.
Chucho Llera se considera un caballero del deporte, pues siempre ha sabido perder y cuando alguien lo supera da el crédito a sus rivales. “Mis hermanos Juanita, María Luisa, José, Miguel Ángel, Jaime, Francisco y María Teresa me enseñaron sobre el respeto al ciudadano, si te ganan bien, reconócelo, es un duro golpe, pero te sirve para que te prepares mejor y llegues a tu objetivo”.
Por otra parte, dijo que es una persona que critica el nulo respaldo que dan ciertas autoridades a los deportistas. “Me gustaría entrar de lleno a la asistencia social para poyar a los deportistas, pues he visto cómo muchos de ellos terminan en el anonimato o en las adicciones por falta de oportunidades, me gustaría cambiar esa imagen, dar un apoyo total y real”.
Finalmente precisó que su paso por este mundo es para ayudar a otros. “Si, porque hay que dejar una huella en la vida, un legado y una historia, porque de aquí nada te llevas, sólo lo que viviste, lo que diste, lo que cultivaste, tus amistades y el recuerdo de tu familia”, concluyó.