Un Cruz Azul mermado y poco cotizado debuta esta tarde en el Clausura 2020, frente al Atlas.
Con seis bajas, cinco por lesión y una por expulsión, La Máquina se presenta en el Estadio Azteca, un escenario en el que promedió 17 mil aficionados por partido.
Hay pocas expectativas para los cementeros, que apuntan a otro torneo con la intención de acabar con esa sequía de 22 años sin título en la Liga MX.
No hay excusas para el entrenador Robert Dante Siboldi, quien durante el certamen pasado, en el cual llegó para sustituir a Pedro Caixinha, comentó que los jugadores no estaban bien físicamente; pero para este 2020 le tocó, junto al nuevo director deportivo Jaime Ordiales, acomodar un equipo a su gusto para el Clausura.
La situación del Cruz Azul no mejora en cuanto a jugadores, con Milton Caraglio y Yoshimar Yotún como bajas mínimo seis semanas;
Sebastián Jurado, Adrián Aldrete e Igor Lichnovsky recibieron altas médicas, pero no están para jugar contra los rojinegros, y el refuerzo Luis Romo fue expulsado el torneo pasado, por lo que cumplirá su castigo para este duelo.
“Dicen que estamos mermados, pero internamente estamos muy fuertes. Confíamos en nosotros”, comentó Romo, quien observará
el partido desde un palco del Estadio Azteca.