Cada que sale a dar la cara, Tomás Boy se esfuerza en sonreír y hacer ver a cuanto reportero se le pone enfrente que su equipo “juega muy bien o va en camino para allá”. El problema es que sus palabras podrían ser enterradas si el Guadalajara no derrota al Atlas el sábado.
El polémico entrenador lo sabe: no llevarse el clásico tapatío lo pondrá al borde de la cornisa. Es más, si los Rojinegros salen del estadio Akron con los tres puntos, la suerte de Tomás estará echada, porque justo se habrá cumplido medio torneo y las Chivas quedarán en la parte baja de la tabla. Por eso ha hablado de la relevancia del juego. Claro que la tiene, para él.