El momento era del Guadalajara, ese gran tanto de Roberto Carlos Alvarado, dejando sobre el césped a Jesús Angulo y colocando el balón sobre la base del poste, hacía pensar que las Chivas tenían posibilidades de hacer algo más en el llamado Volcán.
Pero mientras André Pierre-Gignac esté sobre el campo, Tigres no puede darse por vencido. Sí, el francés falló un penalti, lo que casi nunca sucede, pero lo que sí ocurrió es que sacó de la chistera la magia para lavar su grave error, marcar y cerrar el duelo en un mercido empate (1-1).
Punto que sólo sirve para no dejar de sumar y no alejarse de los punteros en caso de los regiomontanos que llegaron a 11 unidades. En tanto que el Rebaño Sagrado se aferra a quedarse entre los primeros ocho de la tabla, al sumar el mismo número de puntos.
Se esperaba un duelo más abierto, con dos equipos que tienen en su sagre la inercia de buscar el triunfo. Pero se puede decir que la misma intención hizo que el juego se estancara en mucha lucha y poca efectividad. Lo intentó más Tigres, tanto que provocó el penalti que Gignac falló.
Tardó varios minutos en recuperarse el cuadro regio, porque el que su líder falle no ocurre de forma muy seguida.
Chivas cazó a su adversario y logró irse arriba en el marcador con la gran anotación del Piojo (47’), quien parece que por fin ha despartado, pero…
Pero apareció Gignac. Con su ahora estilo trotón, asociado a los años que arrastra, parecería que ya no es alguien al que se debe de cuidar los 90 minutos, pero no… El francés sólo necesitaba una fracción de segundo, un suspiro para volver a conectarse y mandar el balón al fondeo de la portería del Tala Rangel con un remate de gente grande, y no de edad (56’).
Chivas pudo sacar más dividendos del Volcán, pero por lo menos tendrá un poco de aire para la semana. Tigres aún puede confiar en Gignac.