Los Tigres tienen en su cartera a un jugador ecuatoriano, quien está a la espera de que otro futbolista tome la decisión de irse, para que pueda ser firmado. Ese jugador es Carlos González. El paraguayo detiene la firma del nuevo refuerzo en el ataque de los felinos, porque las ofertas que han llegado no le llenan sus expectativas o sus bolsillos.
La del Toluca no le convenció, la del Cruz Azul tampoco, y ahora Xolos de Tijuana lo intenta. Pero si el sueldo que le ofrecen no es por lo menos el mismo que le pagan en Tigres, González no se irá, y los regios tendrán que aguantarse con el delantero, porque la directiva ya sentenció que si no sale nadie, nadie llegará.