Ahora, el América no sólo debe preocuparse por la recuperación física de Nicolás Castillo, sino por su estabilidad mental.
Con la cirugía para reparar una parte del muslo derecho, y las complicaciones por una trombosis que fue atendida oportunamente, el estado anímico del futbolista chileno se encuentra por los suelos.
Nico está destrozado mentalmente, porque no sabe cuándo volverá a jugar, razón por la que el club y su familia procuran alejarlo de todo tipo de reflectores, para aligerar la carga emocional por su irregularidad con los azulcrema.
El sudamericano no está bien, por lo que las Águilas ya preparan la terapia con la que le ayudarán.