El Universal
Los jugadores de Tigres no pueden dar un paso más. Las huellas de la batalla se notan en sus ojos, en sus rostros, en sus cuerpos, están desgastados, están fundidos y todos coinciden en lo mismo: “Sufrimos demasiado, quizá de más, pero merecemos este título”.
Ricardo Ferretti se quiere esconder en la algarabía. El ‘Tuca’, que perderá su famoso bigote por segunda ocasión en menos de un mes, no festeja, se ríe poco. El brasileño ya está pensando en lo que viene, en lo que sigue, el porqué sus Tigres sufrieron tanto y es que así es el ‘Tuca’, algo que nunca cambiará.
No se siente frío en CU, porque los Tigres, los campeones, han calentado el ambiente.
Nahuel Guzmán, el héroe en la tanda de penaltis no deja de saltar, “feliz, feliz, es parte del laburo (trabajo), del día a día, eso es lo que da los logros, es por eso que somos campeones”, dice. No quiere hablar de lo que se sufrió, “porque al final ganamos, eso es lo que importa”.
Pero sus compañeros son más sinceros, aceptan que no esperan una final así, con tanto drama, con tanto sufrimiento. “Sufrimos porque así lo quisimos, no debimos jugar así, pero al final merecimos lo que tenemos. Ahora a celebrar con la gran afición que tenemos”, grita José Rivas, la famosa ‘Palmera’, símbolo de los felinos.
Javier Aquino coincide: “Esto que se vivió no era lo que esperábamos, pero bueno, será un buen recuerdo. Levantamos la copa, es lo que cuenta, pero no hicimos un buen partido, no supimos manejar la ventaja. Pumas nos hizo sufrir, fue un digno rival, tiene todo su mérito” y no se olvida dedicarlo, “a mi pueblo, Ixhuatpan, Oaxaca, es para ellos”.
Y es que ya se la debían a los Tigres, “ya era justo. Habíamos perdido muchas finales, ya nos tocaba disfrutar y creo que fue justo. Sufrimos de más, pero mucho tuvo que ver el gran rival que fue Pumas”, confiesa Edgidio Arévalo.
Quien no lo creía era Jürgen Damm, el joven nacido en Pachuca acepta que vivió un sueño el llegar al equipo de la Universidad de Nuevo León. “Es un tornero importantísimo en mi carrera. Llegando a este equipo tuve la oportunidad de disputar una final de Copa Libertadores de América, y ahora ser campeón, la verdad que no es algo que suceda muy seguido. Fue una buena decisión el venir aquí”.
Alejandro Rodríguez, presidente de Tigres, acepta que su corazón “latió muy fuerte, pero ya puedo estar seguro que no necesito ir al cardiólogo, lo tengo fuerte. La razón de ser de este equipo es su afición y vamos a celebrar con ellos. Nos costó, pero lo merecemos. Tigres es un digno campeón”.