Aunque ninguno dirá algo públicamente y es altamente probable que todos ya jueguen con sus respectivos clubes durante este fin de semana, a los seleccionados que obtuvieron la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Tokio les hubiera encantado tener al menos una semana de descanso.
El ajetreo, combinado con el largo viaje y las altas temperaturas en
Japón, los tienen extenuados, pero no hay de otra.