AGUASCALIENTES, Ags., julio 2 (EL UNIVERSAL).- Marco Bueno apenas necesita unos segundos para alimentar su sueño olímpico. Una palomita estética, llena de ilusión. El primer balón que toca le sirve al delantero para darle el triunfo al Tri Sub-23 sobre Nigeria (1-0). Tanto que se convierte en una súplica al minuto 66. El jugador del Guadalajara quiere subirse al avión rumbo a Río 2016, pese a que Oribe Peralta está en la órbita para ser el hombre gol del equipo mexicano.
Bueno tiene una actuación que sobresale ante los yerros de su competencia directa por un sitio, Érick “Cubo” Torres y Ángel Zaldívar, quienes ponen dos remates claros en los postes.
El estadio Victoria está prácticamente vacío. Precios desde 300 hasta los 700 pesos aunado al aguacero que cae sobre la ciudad inhiben la nutrida asistencia de aficionados para ver a la selección que pretende refrendar la medalla de oro en Río 2016. Una entrada que apenas rebasa los tres mil espectadores refleja que un duelo de preparación para los hidrocálidos no vale pagar un boleto costoso. Sin embargo, aún con escaso público y la cancha empapada, el duelo se juega.
Raúl Gutiérrez apuesta de inicio por Raúl Gudiño en la portería; Rosario Cota, César Montes, Antonio Briseño y Javier Abella, como defensas; la mitad de la cancha la ocupan Érick Gutiérrez,
Carlos Cisneros, Rodolfo Pizarro y Víctor Guzmán; los delanteros, Érick Torres y Ángel Zaldívar.
Son los elementos que, de inicio, tienen que llenarle el ojo al “Potro” para que los considere en la lista final para los Juegos Olímpicos.
El Tri evidencia falta de pegada en la primera mitad. Genera llegadas de gol, pero la contundencia la tiene extraviada. Se le nota que requiere un delantero como refuerzo. El “Cubo” manda a un lado y al poste las opciones más claras del partido. En una batalla física que se vuelve ríspida por lo mojado del césped, el atacante del Houston Dynamo logra encontrarse de frente con el esférico y la portería. Los tiros termina por desperdiciarlos a los 36’ y 44’.
Se lamenta el canterano del Guadalajara. Sabe que meterlas le daba mayores argumentos para ir a Río. Nigeria tiene oportunidades. Su fortaleza física, de pronto, encuentra inspiración y aprieta a la zaga nacional que también se le nota dubitativa, desconcertada. Pero los tiros africanos se van desviados.
La igualdad sin movimiento en el marcador suele ser desesperante para la fanaticada. “Chucky, Chucky”, ruega a gritos la afición hidrocálida. Hirving Lozano calienta en una de las bandas del Victoria en la segunda parte, mas el “Potro” Gutiérrez prefiere probar a otro eje de ataque y cambia a Torres por Marco Bueno, campeón del mundo Sub-17 en 2011.
Apuesta que le sale. Obtiene la victoria ante los impetuosos nigerianos para rescatar una noche fría, húmeda y que amenazaba con ser gris en el terreno de juego. Bueno celebra con el resto de sus compañeros. Su testarazo certero y goleador lo hace soñar con ser parte de los 18 jugadores que buscarán refrendar la medalla de oro olímpica. Es su solicitud para ir a Río 2016.