Ya nada es igual en el entrenamiento de la Selección Nacional Olímpica. Algunas sonrisas se derrumbaron completamente, a otras les cuesta mucho sostenerse, pero todas las miradas asoman cierta paz al reparar que la madrugada de mañana (tiempo de México) hay una posibilidad de no salir de Japón con las manos vacías.
Es cierto que el Tricolor cruzó el océano Pacífico con la ilusión de emular a aquel histórico grupo que se colgó una medalla de oro en Londres 2012. Eso explica la desolación que irradia un grupo que cayó en semifinales, pero todavía tiene la posibilidad de meterse al medallero… Y advierte que no la desaprovechará.
El duelo frente a Japón, por la presea de bronce, no es visto como consuelo para los dirigidos por Jaime Lozano. “No es cualquier medalla, ni cualquier lugar, así es que tenemos que darle la vuelta a la página”, afirma del defensa Johan Vásquez. “Ya sólo pensamos en la de bronce”.
Lo que también les abriría un sitio en la inmortalidad del deporte nacional. Hasta ahora, México suma 72 medallas olímpicas en toda la historia y el balompié sólo tiene aquella áurea conquistada sobre el pasto sagrado del estadio Wembley, por lo que superar a los anfitriones en Saitama también los haría protagonistas de un trozo de historia.
“La medalla de bronce es mucho mejor que volver sin algo en las manos”, recuerda el refuerzo Luis Romo. “Nos enfocamos en llevarnos el tercer lugar. “Veníamos por la de oro y hoy lo que nos corresponde pelear es la medalla de bronce, y nos vamos a entregar al máximo. Voy a luchar a muerte por llevármela a México”.
No hay de otra cuando el principal objetivo ha mutado en simple utopía. Hasta ahora, la delegación mexicana que participa en los XXXII Juegos Olímpicos suma tres medallas de bronce y seis cuartos lugares (todo un récord), por lo que ellos prefieren alimentar la primera cifra.
“Seguimos peleando por una medalla, a eso venimos, y continuamos pensando en eso”, subraya el volante Sebastián Córdova. “Uno quiere la de oro, pero vamos a trar de conseguir esa medalla a como dé lugar”.
Es la magia que ofrece un torneo así, porque este partido por el tercer lugar es de los pocos que sí importan. “Tenemos otra oportunidad por delante”, valora el atacante Roberto Alvarado. “Debemos pelear hasta el último”.