Las selecciones de México y la República Checa jugaran mañana la final del segundo mundial de minifútbol, una modalidad a seis para jugadores aficionados que se disputa en la localidad turística de Nabeul, en la costa de Túnez.
Los mexicanos cumplieron el pronóstico y sacaron el billete para la final tras un encuentro muy disputado frente a una senegal muy bien armada (3-1).
Mañana tendrán la oportunidad de resarcirse de la derrota en la final del mundial disputado en 2015 frente a Estados Unidos y reafirmarse así como la potencia de este deporte, con mucho tirón en el norte de América.
En la otra semifinal, la República Checa sorprendió a España (3-1), que partía como favorita tras un torneo espectacular en el que solo ha perdido el partido de hoy.