Si algo sabe hacer Santiago Solari es enfrentar Clásicos nacionales, por lo que la experiencia de Víctor Manuel Vucetich encuentra un igual para el choque entre el Guadalajara y América.
El argentino se convertirá apenas en la segunda persona que participa como jugador o entrenador en los tres clásicos más importantes del habla hispana (español, argentino y mexicano), junto a su compatriota, Oscar Ruggeri.
“Todos generan una semana de mucho ruido, expectativa y contenido, que reflejan historia, un colorido único”, dice el estratega azulcrema, emocionado por el partido de mañana.
Como jugador de River Plate enfrentó al Boca Juniors; en el Real Madrid, sobre la cancha y sentado en el banquillo, se topó al Barcelona, y, en el Akron, se estrenará ante Chivas.
“Sabía que yo era el único en haber participado en estos tres clásicos, pero me alegra por Santiago, quien es todo un profesional”, agrega Ruggeri, vía telefónica desde Argentina.
“Los clásicos son un placer, y el de México no se conocía tanto como ahora; es muy grande y mueve mucho”, añade el Cabezón, quien lo disputó como jugador del América y entrenador en ambos clubes.
“Quiero vivirlo y experimentarlo en primera persona”, subraya Solari, ansioso por la adrenalina que sentirá en el juego más importante de la fase regular.
En su etapa como volante del River Plate no conoció la victoria en Primera División ante el acérrimo rival, Boca, que dominó a los Millonarios durante esos cuatro años. En Madrid, sobre el césped, superó tres veces al Barcelona, pero como estratega fue vencido (0-3) en la vuelta de las semifinales de la Copa del Rey.
Para mañana, la obligación es ganarle al Guadalajara sin excusa, como cuando estaba en Argentina y España.
“Es más difícil estar como técnico”, explica Ruggeri, también exjugador merengue. “Desde el banquillo, cada vez que defiendes, ves tu portería muy grande, y cuando atacas, ves la contraria muy chica. Observas el partido de una manera más fría, pero no puedes hacer mucho”.
A pesar de su conocimiento en estos partidos, Solari no tendrá escapatoria de críticas, en caso de no sacar el resultado.
“Puedes tener toda la experiencia del mundo, pero los clásicos deben ganarse. Si triunfas, al día siguiente quieres que la gente te vea e ir a cenar. Si pierdes, quieres esconderte un mes”, cierra Ruggeri.