El Universal
Lucía como una noche aciaga para los Pumas. Pero en unos cuantos segundos, las sonrisas auriazules fueron la evidencia de un debut triunfal en la Copa Libertadores (4-2.) Fue sufrido, aunque, al final, dulce.
Universidad se había quedado con 10 hombres por la expulsión de David Cabrera por entrar con fuerza desmedida. El Emelec había empatado a dos el duelo en CU y se avecinaba lo peor para los del Pedregal.
La magia felina apareció en apenas unos minutos. Del 69’ al 72’ se resolvió un duelo que amenazaba con ser imposible de ganar para los de casa. Las anotaciones de Ismael Sosa (1’) y Darío Verón (23’) habían sido igualadas por el conjunto ecuatoriano, mediante un doblete de Ángel Mena (18’ y 67’).
Había desazón en Ciudad Universitaria. Los rostros auriazules eran la evidencia de una frustración que transformó en alegría Gerardo Alcoba con un remate goleador.
El uruguayo no dudó en meter un testarazo colocado e imposible para el arquero del cuadro eléctrico, Esteban Dreer.
Festejo furibundo del zaguero de los Pumas ante su anotación (69’). Se golpeó tres veces el pecho, mientras el resto de sus compañeros corrían a abrazarlo. Resultó el héroe de un equipo que sacó las garras para ganar en su presentación en el certamen continental.
Guillermo Vázquez, el técnico felino, lanzó un suspiro de alivio. Tenía la sensación de que la Libertadores comenzaba de una manera muy distinta a la que había presupuestado y cedería puntos.
Alcoba le quitó nervios a Universidad. Sin embargo, un autogol de Byron Mina terminó por ser el de la tranquilidad.
Emelec se desmoronó. Cuando lucía como perfilado a sacar la victoria en el estadio Olímpico Universitaria, se perdió.
Pumas se vio mejor, pese a tener sólo 10 hombres en el terreno de juego. Paseó el balón para impedir que el estado anímico de los ecuatorianos pudiera cambiar. No dejaron que su rival se parara de la lona.
Todo fue felicidad en el Pedregal, aunque ese sentimiento llegó con el sufrir como telón.
Los universitarios se quedaron con los tres puntos, vitales para la confianza en la Copa Libertadores 2016. Fue su primera victoria en este torneo desde el 10 de abril de 2003 (3-1 vs. Peñarol). La tribuna auriazul bailó contenta. Por un momento pensó que quedaría triste, pero su equipo sacó las garras.