Roberto Carlos, exfutbolista brasileño, parte de los «Galácticos» del Real Madrid, durante la primera década de los 2000, confesó en entrevista a un canal portugués,algunas «costumbres» en el equipo que le costó a más de un técnico su trabajo.
RONALDO NAZARIO
“Le conocí en el año 93. Desde ese año me concentré siempre con Ronaldo en la misma habitación. Dormí más veces con Ronaldo que con mi mujer”.
VICENTE DEL BOSQUE
«Era más un amigo que un técnico o un jefe. No necesitas reglas y el lo sabía. El jugador sabe lo que tiene que hacer. Nos entendía perfectamente. Los entrenamientos de lunes y a veces los martes eran a las 17 (horas) de la tarde. No los ponía a las 11:00 de la mañana porque casi nadie llegaba».
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JOSE ANTONIO CAMACHO
«Éramos siete Galáctico… era un peligro en el vestuario. Siempre lo controlamos bien, teníamos buena relación, menos con Camacho que aguantó diez días. Llegó al vestuario, saludó a todo el mundo, muy serio y con historia en el Real Madrid. Yo solo observaba a ver qué iba a decir. ‘Quiero a todo el mundo a las 7 de la mañana’. Normalmente entrenábamos a las 10:30. Hablamos con él para intentar cambiar el horario, nosotros teníamos nuestras costumbres».
VANDERLEY LUXEMBURGO
«Con Luxemburgo pasó lo mismo. En el segundo partido de Liga, teníamos la costumbre de llegar a la concentración, dejar las maletas en la habitación y antes de la cena tomar nuestra cerveza y nuestro vino. Encima de la mesa siempre había dos botellas de vino. Ronaldo y yo le dijimos: ‘Profesor, la gente aquí tiene sus costumbres, lo vas a ver, pero intente no cambiarlas. No quites las botellas de vino de la mesa y la cerveza antes de la cena porque si no vamos a tener problemas. ¿Qué hizo? Quitó primero las cervezas y luego las botellas de vino. Duró tres meses. El mundo del fútbol es pequeño, las noticias van llegando a la directiva y ‘ciao'».
AVION PRIVADO
«no sé cómo nos dejaban hacer tantas tonterías. Acababa cada partido y era todo avión privado. Nos encontrábamos en la terminal privada de Barajas. Era Beckham que iba no sé a dónde, Figo, Zidane que iba a tal lugar, Ronaldo, yo… y teníamos que entrenar pasado mañana. Yo rezaba para que los partidos fuesen los sábados para poder ir a la Fórmula Uno los domingos. Eran vuelos privados para todos lados. Una locura».