Con una ventaja de dos goles conseguida en su mejor partido de la temporada, en Stamford Bridge, y a puertas de sus segundas semifinales de la Liga de Campeones consecutivas, el Real Madrid recibe hoy —con máximo respeto— al vigente monarca, un Chelsea que fue su último verdugo, al que sólo le resta la heroica, en la que será la primera visita de su historia al Santiago Bernabéu, en la competición de mayor prestigio.
Los Blues nunca habían pisado Chamartín y los Merengues nunca habían derrotado al equipo inglés, hasta la cita de Londres de la pasada semana. Se había convertido en una Bestia Negra reciente, pero la gran labor de equipo y los goles de Karim Benzema, cambiaron el rumbo de la historia. En poco se parece el actual Real Madrid al que hace un año se sentía inferior al Chelsea.
Los jugadores son prácticamente los mismos, pero el estado es muy diferente. Lanzado en la Liga hacia el título, la esperanza de volver a reinar en Europa ha ido creciendo con el paso del curso. El golpe dado sobre la mesa, con la remontada en una noche mágica del Bernabéu ante el PSG, impulsa a un equipo que comienza a creer en la decimocuarta. Su camino no será fácil. Paris Saint-Germain y Chelsea.
Manchester City o Atlético de Madrid en semifinales. Pero Carlo Ancelotti no quiere que ningún jugador suyo cometa un exceso de confianza, tras el 1-3 en la ida. El último pasó factura, cuando su plantilla encaró el Clásico del futbol español sin la tensión adecuada por la ventaja liguera. Fue el aviso que despertó al Real Madrid, que ha reaccionado con tres victorias seguidas: Celta y Getafe en la competición doméstica, y el triunfo en Stamford Bridge.
El Real Madrid lleva 18 años sin caer en cuartos de final de la Liga de Campeones. Avanzó a semifinales las ocho últimas veces que llegó. Y solamente en una ocasión, Ancelotti perdió por más de un gol en el Bernabéu como técnico blanco.