El Real Madrid se dio hoy un festín goleador para vencer por 5-0 en su visita al Viktoria Plzen y dejar casi sentenciada su clasificación a los octavos de final de la Liga de Campeones. Los blancos aparecen igualados con la Roma a nueve puntos al frente del Grupo G y ambos se jugarán el liderato en la próxima jornada.
Con cuatro unidades queda el CSKA Moscú mientras el Viktoria Plzen apenas cuenta uno. Los cuatro goles con los que se retiró el Real Madrid al descanso sólo se pueden explicar de una manera: su suerte ha cambiado. La goleada tuvo menos que ver con el juego que con otros factores. Principalmente el azar y la efectividad. Porque lo primero que ocurrió en el partido fue un remate en propia puerta del defensa Nacho Fernández que se estrelló en el larguero. En otros tiempos, como por ejemplo los de Julen Lopetegui como entrenador, ese balón probablemente hubiera acabado dentro de la portería. El técnico blanco, Santiago Solari, dejó en el banquillo a Keylor Navas, Marco Asensio e Isco.
En el caso de éste último, fue su tercera suplencia consecutiva. Y para el arquero costarricense, supuso el primer partido sin jugar en la presente edición de la Liga de Campeones. A cambio, reforzó su apuesta por el 4-3-3, esta vez con Lucas Vázquez en la banda derecha.
El arranque de encuentro del Real Madrid fue tan desconcertante como suele ser y no reaccionó hasta el minuto 20, cuando Karim Benzema protagonizó una brillante acción personal para marcar uno de los goles más bonitos de la presente edición de la Liga de Campeones. A partir de ahí, el Viktoria Plzen mostró que es un equipo muy menor en la Champions porque casi cada ocasión de peligro fue gol. Y principalmente en las jugadas a balón parado. Así llegó el segundo tanto, obra de Carlos Casemiro, a los 23 minutos. O el tercero, anotado de nuevo por Benzema, a los 37 minutos.
El Real Madrid completó el cuarto gol a cinco minutos del descanso, cuando Gareth Bale cruzó el balón con toda tranquilidad ante una defensa paralizada. Así, con una goleada imprevista, se marchó el equipo blanco al descanso. La segunda parte sobró porque todo estaba hecho. El Real Madrid renunció a hacer sangre y el Viktoria Plzen mostró todas sus carencias, aunque su orgullo le hizo dejar todo el sudor hasta el final. Lo mejor de la segunda mitad estuvo en el gol de Toni Kroos a los 67 minutos.
Vinicius, que había entrado un poco antes, le sirvió un balón retrasado y el alemán se inventó un remate por encima del arquero Ales Hruska para firmar otro gran tanto. Fue lo último que dejó un encuentro que sirvió para mejorar la estadística de Solari, quien cuenta por victorias todas sus apariciones como entrenador del Real Madrid. La goleada en Pilsen le refuerza.