El Universal
El Real Madrid se clasificó hoy para los cuartos de final de la Liga de Campeones al vencer por 3-1 en el campo del Nápoles después de vivir una pesadilla en la primera parte y resolver en el comienzo de la segunda con dos goles de Sergio Ramos.
El conjunto blanco también ganó 3-1 en la ida y Dries Mertens metió al Napoli en la eliminatoria con un gol temprano, pero Ramos cercenó las opciones italianas con dos certeros cabezazos en saques de esquina mal defendidos por los locales. Ya en el descuento Álvaro Morata cerró el abultado resultado.
El marcador no refleja todo lo que sufrió el Real Madrid. La primera parte fue una película de terror para el visitante, que se vio superado por el Napoli en todas las facetas: táctica, física y mentalmente. Se esperaba, como ocurrió, que el conjunto italiano saliera en tromba, pero lo que nadie contaba era con la parálisis absoluta de los blancos.
El Napoli tenía un plan y el Real Madrid desconocía cuál era el suyo. Y el ajeno. Ni fue en busca del partido ni se tapó atrás. Fue un híbrido que al final no fue nada. Antes esta perspectiva, celebró como un milagro llegar al intermedio con solo un gol en contra.
El técnico italiano Maurizio Sarri llenó el centro del campo de jugadores. Con cinco futbolistas, creó una clara superioridad ante un Real Madrid con apenas tres volantes. Y todas las segundas jugadas fueron favotables a los locales, mejor ubicados que los blancos. La famosa «BBC» volvió a caer en los vicios conocidos: ninguno de los tres repliega.
El primer gol del partido -único del Napoli a la postre- llegó a los 24 minutos y fue producto de una excelente combinación napolitana y la mencionada parálisis blancas. Mertens definió con categoría y San Paolo se vino abajo.
Después la tuvo el Real Madrid porque el Napoli asume enormes riesgos, a veces hasta suicidas. Cristiano Ronaldo disfrutó de un mano a mano y su remate se fue al palo. Más tarde, Mertens también probaría el sabor de la madera en el enésimo desajuste defensivo del Real Madrid. El 1-0 del descanso fue un mal menor para el equipo de Zidane.
Lo que nunca cambiará en el equipo blanco es su capacidad de resurrección. Fundamentalmente porque tiene grandes jugadores, y uno de ellos es Ramos. El central parece tener en la Liga de campeones una especie de sortilegio y el Real Madrid lo celebra.
Ramos marcó dos goles en sendos saques de esquina, en lo minutos 51 y 57. Los rivales lo conocen, saben que acabará rematando, pero nadie es capaz de impedirlo. Sabe anticiparse a todos, tiene un salto poderoso y un giro de cuello imponente. El primero fue limpio y en el segundo tuvo hasta la fortuna de golpear el balón ligeramente en Mertens.
El Real Madrid volteó el marcador cuando más lejos parecía de conseguir un triunfo y un pase solvente. Dos saques de esquina y Ramos fueron motivos suficientes para doblegar a un Napoli que cayó por la escasa atención a los detalles.
Ya en el descuento llegó el cierre de la cuenta blanca con un gol de Morata, quien poco antes ingresó en el campo. No desprovecha ninguna oportunidad. Así concluyó el Real Madrid un partido que tuvo un desenlace increíble después de lo presenciado en la primera mitad. Ramos lo volvió a hacer.