Roberto Zermeño Vargas empresario leonés de 65 años tiene una historia muy particular en el futbol mexicano.
De extracción humilde, comenzó a ascender al hacerse cargo de escuelas tecnológicas regionales que se dice, lo puso en contacto con los presidentes Luis Echeverría y José López Portillo.
Fue el encargado del Instituto de la Juventud de Guanajuato, por encargado del presidente Echeverría.
Se convirtió en industrial zapatero y a finales de 1980, en asociación con otros empresarios, compró al club León.
En 1994 vendió el club a Valente Aguirre con quién tuvo problemas en la cuestión de pagos.
A inicios del siglo XXI Zermeño se hizo otra vez del club, pero no por mucho tiempo ya que cedió a la tentación de vendérselo al empresario argentino Carlos Ahumada quien acabó, según él, estafándolo.
En el 2005 fue arrestado por defraudación fiscal y pasó seis años recluido.
A su salida de prisión fundó una empresa zapatera que le da trabajo a ex presos y comenzó el litigio para recuperar el estadio Nou Camp, hoy León, el cual ganó en octubre pasado.
Hoy, Roberto Zermeño como parte de la razón social Club Deportivo y Social León A.C., desalojó al Grupo Pachuca del inmueble.