En cinco minutos, Efraín Juárez pasó de la euforia desenfrenada que lo caracteriza a la desilusión por ver cómo su equipo se desmoronaba dentro del terreno de juego.
Pumas se cayó a pedazos en el estadio Olímpico Universitario y terminó sufriendo una dolorosa derrota (1-3) ante el Monterrey. No pudo cortar la impresionante hegemonía en su contra, no estuvo ni cerca de poder hacerlo.
Ya son ocho partidos consecutivos en que los Universitarios no pueden derrotar a los Rayados, con saldo de seis derrotas y dos empates. Ni en C.U. ni el BBVA, logran encontrar la forma de no ser superados.
Durante la primera parte, los Felinos demostraron ganas por quedarse con la victoria frente a su afición auriazul, consiguieron ponerse al tú por tú con una de las plantillas más caras del futbol mexicano.
Sin embargo, todas sus ilusiones se esfumaron rápidamente en el inicio de la segunda mitad.
Pumas saltó al terreno de juego con una cara completamente distinta a la de los primeros minutos. Desconcentración total que fue aprovechado por los pupilos de Martín Demichelis.
Sergio Canales (48′) e Iker Fimbres (53′) se encargaron de conseguir la ventaja para los Rayados y de dar un duro golpe sobre el estado anímico de Los del Pedregal.
En el minuto 70, Germán Berterame fue el responsable de sellar la victoria a favor del conjunto regiomontano. Pumas no pudo controlar los embates y sufrió su primer descalabro de la mano de Efraín Juárez.
Como es habitual en esta clase de intensos entrenamientos, la polémica se hizo presente por las anotaciones anuladas a los Universitarios y por una supuesta roja perdonada a Sergio Ramos en el primer tiempo.
Aunque al final del encuentro, el defensa central español fue expulsando y abandonó el terreno de juego entre abucheos, pero el resultado estaba más que sentenciado.
El gol de Guillermo Martínez, ya sobre la hora (89′), únicamente sirvió para hacer más decoroso el marcador. El Memote no falló desde los once pasos.
Pumas perdió por primera vez con Efraín Juárez en el banquillo auriazul, pero necesita darle rápidamente vuelta a la página porque la clasificación a la Liguilla todavía está en juego y porque tiene en puerta la eliminatoria de los cuartos de final en Concacaf.
No puede venirse abajo anímicamente porque necesita afrontar los dos torneos.