Lo que sucedió ayer en Toluca no pasará desapercibido para la directiva de los Pumas, que ya está un poco fastidiada de cómo la ha tratado el arbitraje en este torneo. La gota que derramó el vaso, claramente, es lo que sucedió con Luis Enrique Santander y el VAR, en el juego ante los Diablos Rojos.
La cuestión que los dirigentes felinos pedirán no es que les expliquen la regla del fuera de lugar y la supuesta obstrucción del delantero, sino que los árbitros marcan esas jugadas cuando se les da la gana, no en todos los juegos, no contra todos los equipos. O sea, pedirán que sean parejos, que sean claros, porque de por sí las cosas andan mal en el cuadro universitario, como para que les echen más piedras en el zapato.