Es cierto que las miles de gargantas reunidas en el estadio Cuauhtémoc todavía se lastimaron con un par de anotaciones más, pero la primera de Guillermo Martínez (54’) fue la que desató la algarabía.
Más allá de la irregularidad que lo caracterizó durante buena parte del campeonato, el Puebla lo ha vuelto a hacer. Sólo una auténtica tragedia impedirá que no esté en el repechaje.
Porque la goleada sobre los Xoloitzcuintles de Tijuana (5-2) lo ha puesto en una posición muy cómoda de cara a la fase final.
En el momento determinante, La Franja volvió a apelar a su esencia guerrera y se llevó tres unidades que marcarán la diferencia, valiéndose de un equipo ya acostumbrado a deambular sobre el campo.
Mientras el Puebla volverá a estar en la Fiesta Grande, los fronterizos serán el único equipo que nunca participó en una desde que clasifican 12 de los 18 clubes participantes, imperdonable en una Liga que ofrece tantas oportunidades como la MX.
Por si fuera poco, el equipo dirigido por Miguel Herrera necesitaba ganar para aspirar a no pagar la multa por terminar entre los últimos tres sitios en la tabla de cocientes. Fracasó, al igual que su sueño de —ahora sí— estar en la Liguilla.