El Universal
Estar en una semana en la que se puede acceder a las semifinales de la Liga de Campeones y ser campeón de Liga sería un sueño para la mayoría de técnicos, pero no paraJosep Guardiola, que vive uno de los momentos de máxima presión desde que llegó alBayern Múnich.
«Aquí solo el triplete es suficiente» , asumió hoy el reto en rueda de prensa el técnico español.
La exigencia del campeón alemán, que en ocho días también se juega el acceso a la final de la Copa germana ante el Borussia Dortmund, es enorme, hasta el punto que Guardiola admitió que, con la plantilla en cuadro con hasta cinco bajas importantes, la situación es «incómoda» .
La última vez que el Bayern necesitó remontar una eliminatoria en el Allianz Arena, como mañana ante el Porto (3-1) , cayó estrepitosamente eliminado con un 4-0 ante el Real Madrid después de que la ida de la semifinal de la Liga de Campeones en el Santiago Bernabéuacabara 1-0.
La reacción de los medios alemanes, hasta entonces fascinados por cómo Guardiola había conseguido ganar a finales de marzo de 2014 la Bundesliga más rápida de la historia, fue furibunda.
«Sé como es trabajar en un club grande como el Barcelona, el Real Madrid o el Bayern. Aquí con ganar la Bundesliga no es suficiente. En mi profesión y en los equipos grandes, si pierdes no te dicen lo guapo que eres. Si gano, tengo razón y soy un genio táctico, y si pierdo no sé dónde voy» , dijo hoy Guardiola, quien aseguró que, pase lo que pase contra el Porto, cumplirá contrato con el Bayern y se quedará, como mínimo, hasta el 30 de junio de 2016.
La afirmación de Guardiola contrasta con el escepticismo de los medios alemanes, acostumbrados a los vaivenes del club alemán cuando no se cumplen los objetivos. Y para el Bayern quedar eliminado en los cuartos de final de la Liga de Campeones sería poco menos que un fracaso.
¿Son sinceras las palabras de Guardiola? ¿Seguro que se quedará en un club que acaba de vivir una crisis institucional con la dimisión de todo el equipo médico?, se seguían preguntando varios periodistas alemanes en la sala de prensa del Allianz Arena.
El escándalo mediático de un mal resultado en Múnich es «mucho menor que en Barcelona» , advirtió el técnico español.
Multitud de diarios deportivos, radios y televisiones desmenuzan día a día los pormenores del club azulgrana en Barcelona. En Múnich, en cambio, Guardiola ha asistido a ruedas de prensa con apenas una docena de periodistas y con solo una pregunta, formulada por el mismo jefe de prensa del Bayern, Markus Hörwick, por responder.
«En Múnich la gente disfruta mucho del fútbol, pero también de otras cosas. El fútbol no es la parte central de sus vidas» , expuso el entrenador del Bayern.
Si bien hace unas semanas reconoció que estaba en «la fase más difícil» como entrenador del equipo alemán por contar con tantas bajas importantes (los defensores David Alaba, Mehdi Benatia y Javi Martínez y las estrellas Arjen Robben y Franck Ribéry) en el peor momento del año, Guardiola negó hoy estar en el momento de más presión desde que es entrenador del Bayern.
«Yo ya he visto cómo han luchado los jugadores toda la temporada, cómo se han apoyado entre ellos. Para mí esa es la principal victoria de este año» , se defendió Guardiola, que admitió que tras la victoria del sábado pasado en la cancha del Hoffenheim por 2-0 dirigió una emotiva charla a sus futbolistas en el vestuario: «No lo voy a desvelar todo. Pero el sentido general fue decirles lo orgulloso que estoy de ellos, que, pase lo que pase, siempre serán mis ídolos y eso quedará para el resto de mi vida» .
Con la plantilla convencida de su mensaje, Guardiola aprovechó para advertir de que ante el Porto su equipo no puede cometer los mismos errores que mostró ante el Real Madrid la temporada pasada, cuando cedió el control del juego en el intento de dejarse llevar por la épica ante su propia afición.
«No nos clasificaremos solo si corremos mucho, si luchamos mucho. Nos clasificaremos si jugamos bien al fútbol y controlamos las emociones. Solo con coraje, solo con las partes más nobles del ser humano no lo conseguiremos. En mi vida sólo gané cuando jugué bien» , apuntó Guardiola, que mañana ante el Porto vivirá su partido número cien con el Bayern.
El técnico español no había tenido nunca antes tan caro el acceso a las semifinales de la Liga de Campeones ni había tenido que remontar a estas instancias del torneo. Hasta ahora, Guardiola se clasificó siempre como mínimo para esta fase tanto en sus cuatro temporadas con el Barcelona como en su primera campaña en el Bayern.
El desafío para el técnico en este momento no es solo deportivo sino también institucional. Con la dimisión del jefe médico del Bayern, Hans-Wilhem Müller-Wolhfahrt, el técnico español se fortaleció al ver cómo el presidente de la directiva del club, Karl-Heinz Rummenigge, se ponía de su lado en el conflicto que mantenía con el carismático doctor.
Tras el 3-1 en Oporto, Rummenigge entró en el vestuario visitante de Do Dragao y reprochó a Müller-Wohlfahrt que el equipo no hubiera podido recuperar a ninguno de sus lesionados ante tal trascendental partido. A Ribéry, por ejemplo, se le diagnosticó una baja de cuatro días el 12 de marzo y mañana seguirá fuera de la convocatoria. Guardiola tendrá ahora que responder con resultados al apoyo del club.