CIUDAD DE MÉXICO, noviembre 1 (EL UNIVERSAL).- El Cruz Azul encarará con presión los dos partidos que restan para que finalice la temporada regular. Gabriel Peñalba aceptó que, por la obligación que tiene el equipo de calificar a la Liguilla, no será sencillo enfrentar el par de encuentros que faltan para que termine la temporada regular, ante Morelia y los Tiburones del Veracruz.
El mediocampista apuntó que en ese par de duelos se juegan toda una campaña «siempre en una institución tan grande como ésta te estás jugando tu trabajo, a nosotros nos contratan para conseguir resultados», dijo.
Agregó que nadie tiene el lugar seguro en la institución para la próxima temporada «hay un consenso con la directiva, con el presidente, ellos tomarán sus decisiones y nosotros acataremos las decisiones correspondientes porque nos contratan para hacer un trabajo».
El volante rechazó que les pese a los jugadores el hecho de que el equipo tenga seis torneos sin una fase final, pero tampoco lo toman con tranquilidad, «presión hay, porque la verdad que uno de los objetivos primordiales es clasificar».
Después hay un montón de circunstancias de que pueda pasar o no, vamos a dejar todo en el campo de juego en estos dos partidos para coronar eso que todos deseamos», sentenció. La Máquina se ubica en el octavo escalón de la tabla general, arañando la zona de Liguilla, y depende de ellos poder acceder a la fiesta final.
Por ahora, el cuadro cementero se mantiene en la octava posición de la tabla con 21 unidades, seguido de cerca por el Atlas con 20 puntos, pero que este miércoles juega el partido pendiente ante Tigres, correspondiente a la jornada 8.
El Pachuca y Tijuana (con 18 unidades, respectivamente), también acechan a los celestes, e incluso el cuadro de Lobos BUAP podría meterse a la pelea por ese último puesto en busca de la clasificación.
Urge proyecto sólido: Galindo
En el último título de Cruz Azul, ante el León, Benjamín Galindo estuvo en la cancha.
A 20 años de aquel campeonato, el «Maestro» dice que es urgente un proyecto con bases sólidas, ya sea Caixinha o alguien más: «Compran ocho, siete jugadores cada torneo, eso no sirve. Hay inestabilidad. No hay una base sólida por tanto cambio. Siempre quisiéramos ver jugadores comprometidos, eso es fundamental».