Hace unas semanas, se daba como un hecho la salida de Renato Ibarra del América, pero cuando el sábado fue visto salir de las instalaciones tras realizar las pruebas médicas; el debate de permitir o no la permanencia del volante en el Nido incrementó.
Los conflictos jurídicos a los que se enfrentó el ecuatoriano apenas hace un par de meses, por supuesta violencia familiar, lo marginaron del primer equipo, pero sus derechos todavía pertenecen a las Águilas.
¿Seguirá en el América para el Apertura 2020? “Eso es decisión de la directiva”, lanza Miguel Herrera, entrenador azulcrema. “En lo personal, no he hablado con él [Renato] y no lo haré hasta saber si formará parte del América para el próximo torneo”.
Claudia Pedraza, especialista en temas de género y miembro de la Barra Feminista, lanza: “Independientemente de la decisión que tome el club, que esté considerado, nos habla de cómo los intereses económicos están por encima de los derechos de las personas o de los valores”.
El ecuatoriano se encuentra en su casa al sur de la Ciudad de México, a la par de los ejercicios que manda el preparador físico del club, Giber Becerra. Se presentó a los exámenes médicos y, por tema contractual, debe asistir a la pretemporada de las Águilas en junio, en caso de que no se concrete su salida de la institución.
En el ámbito legal, el club está obligado a mantener al ecuatoriano bajo nómina, hasta que concluya su contrato o aparezca una oferta por parte de otro equipo, ya que está respaldado por un contrato laboral.
“En términos de la ley mexicana, el hecho de no ser culpable, no le permite al club rescindir su contrato, a pesar de estar sujeto a este proceso”, añade Ricardo de Buen, especialista en Derecho Deportivo Internacional.
Para el sociólogo José Miguel Candia, la permanencia de Ibarra en el América puede dañar la imagen del equipo, pero apunta que el mismo Renato tiene derecho a defenderse.
“Es un tema que está en el primer lugar de la agenda acerca de la igualdad en la convivencia y, en caso de que haya sido cierto, es repudiable. […] el América está ligado con una empresa de entretenimiento, vista por millones de mexicanos, y tiene que pintar una raya en este asunto”.
Herrera establece que si Renato sale de la institución le agradecerá porque como futbolista siempre entregó todo por la camiseta del América.
“El club tendría que manifestarse y aclarar para qué volvió”, señala Pedraza. “Reafirmar y mostrar coherencia de lo que habían dicho anteriormente. También hay más personas que han manifestado el rechazo. Por un lado, tienen a un jugador que podría seguir cobrando grandes cifras a pesar de lo que hizo, mientras en el futbol femenil no dan un salario que les permita dedicarse únicamente al futbol”.
En marzo explotó la noticia de que Ibarra había agredido a su pareja. Después de un par de días en el Ministerio Público salió esposado rumbo a prisión, al ser acusado de tentativa de feminicidio, tentativa de aborto y violencia familiar. Una semana después, el sudamericano salió del Reclusorio Oriente y el equipo lo separó del plantel; sin embargo, al tener contrato hasta junio de 2023, Ibarra todavía es jugador del América.
“Como seres humanos, somos vulnerables y todos tenemos el derecho a rectificar. Debe hacerse el descargo pertinente en los términos que lo requiere la ley; explicar o presentar evidencias, ofrecer causas y, si es necesario, documentaciones requeridas. En lo mediático, con lo que hizo, el equipo en el que pertenece debe dar un mensaje a la sociedad”, añadió el sociólogo.
“Los clubes piensan que razones de género no serán motivo para deslindar a un jugador y eso es lo que queremos hacer visible. Cuando no se incorpora perspectiva de género en los reglamentos o algo previo, esto es lo que sucede y no saben cómo atender esos problemas o evitarlos desde un principio. Es lo que queremos cambiar con la Barra Feminista, esa perspectiva de género discriminación, violencia y desigualdad”, remató Pedraza.