El berrinche que hizo Rafael Carioca en el juego Tigres-Chivas, irse directo a los vestuarios al salir de cambio, dicen, fue un claro mensaje a Miguel Herrera de que en el equipo regio no se puede tocar a las vacas sagradas, o sea, que no puede andar cambiando a consagrados como Gignac, Pizarro y el brasileño, así como así. Herrera se deberá andar con mucho cuidado en este aspecto, si no quiere que se le rompa el vestidor.