El Toluca arrancó el Guardianes 2021 con una victoria sobre el Querétaro (3-1).
En su regreso al banquillo escarlata, Hernán Cristante mandó a unos Diablos Rojos ordenados y con cerebro en el ataque, en comparación al torneo pasado, aunque con algunos detalles por mejorar, sobre todo en el aspecto defensivo.
Los mexiquenses también presentaron su nuevo uniforme, que, a la distancia, confundió, debido a que parecían más los Xolos de Tijuana que el tradicional Toluca.
Adalid Maganda volvió a recibir una oportunidad para arbitrar en Primera División y no cumplió con las expectativas, al quitarle un gol legítimo al Querétaro, necesitar el VAR a pesar de dos claros penaltis para los Gallos Blancos y sólo marcó uno.
El cuadro visitante se fue al frente con un cobro desde la pena máxima, por una clara infracción que se le había escapado al silbante; Ángel Sepúlveda (minuto 24) cobró de buena forma ante un vencido Luis García.
Pero la reacción del Toluca fue inmediata, con anotaciones de Kevin Castañeda y Alexis Canelo, en los minutos 31 y 32, respectivamente. Un par de golpes duros para los jugadores del Pity Altamirano.
En la segunda mitad, los Gallos Blancos apretaron en el ataque, con la intención de volver a igualar los cartones en el Edomex. Los azulnegros llegaron en constantes ocasiones al área escarlata, mas no concretaron; ni siquiera Antonio Valencia, exjugador del Manchester United y quien hoy se presentó como el capitán queretano fue capaz de ayudar. Contrario para los locales, que liquidaron el encuentro con un contragolpe, terminado con el gol de Michael Estrada (63´).
Maganda no sancionó una mano clara de William Da Silva, que debió ser penalti para el Querétaro. Por más de dos minutos, el árbitro observó las repeticiones de la forma en la cual el mediocampista estiró el brazo y desvió el esférico, pero para él, a pesar de las ayudas de la tecnología, no lo percibió de esa forma.
Con la victoria para los Diablos Rojos, la segunda etapa de Cristante en el banquillo arrancó de manera positiva. Mientras que Altamirano, todavía en sus primeros pasos como estratega de Primera DIvisión, tiene mucho para trabajar.