Moscú.— Francia vuelve a estar en una final de Mundial y otra vez habrá un árbitro argentino de por medio. Es Néstor Pitana, un juez al que Pierluigi Collina calificó como “una roca” y al que Kylian Mbappé criticó por no dejar de hablarle durante el partido.
A sus 43 años de edad, será el encargado de arbitrar el encuentro que Francia y Croacia jugarán hoy, secundado por sus compatriotas Hernán Maidana y Juan Pablo Belatti. Será el segundo argentino que dirigirá una final, después de que Horacio Elizondo lo hiciera en Alemania 2006.
Aquel partido, que Italia ganó por penaltis después de igualar (1-1), quedó en el recuerdo por la expulsión de Zinedine Zidane, tras su famoso cabezazo a Marco Materazzi. Una decisión para la historia en la que el juez argentino acertó, gracias al aviso del cuarto árbitro español Luis Medina Cantalejo.
Pitana le seguirá los pasos en un Mundial en el que ratificó por qué es uno de los favoritos de Collina y Massimo Busacca, las máximas autoridades arbitrales de la Federación Internacional de Futbol Asociado (FIFA).
El sudamericano fue el encargado de dirigir el partido inaugural entre Rusia y Arabia Saudita (5-0), que marcó el histórico estreno del videoarbitraje (aunque no tuvo que ser aplicado en ese encuentro), y arbitró otros tres partidos en el Mundial: el México-Suecia (0-3) en la fase de grupos, el Croacia-Dinamarca (1-1) en los octavos de final y el Francia-Uruguay (2-0) de la ronda de los ocho.
Elizondo también había dirigido el partido inaugural en 2006, un doblete que sólo cuatro silbantes consiguieron en la historia, incluyendo ahora a Pitana.
“Pitana es una roca”, lo elogió Collina cuando anunció que sería el responsable de abrir el Mundial en el estadio Luzhnikí, el mismo escenario de la final. El ex juez italiano se refería a la personalidad del silbante ante las posibles quejas de los jugadores.