Edgar Luna Cruz, Enviado
LAS VEGAS, Nevada, EU., febrero 7 (EL UNIVERSAL).- La Federación Mexicana de Futbol siempre ha querido separar el deporte de la política, pero inevitablemente hoy más que nunca la presencia de la Selección Nacional en los Estados Unidos tiene estas connotaciones.
La gente que llenará el Sam Boyd Stadium, sede del juego amistoso ante Islandia, será en un 90 por ciento de ascendencia mexicana, gente que al estar presente frente a su equipo nacional, revivirá sentimientos de pertenencia, una pertenencia que tratan de quitarles, políticamente hablando.
“Sabemos el momento que se vive entre México y Estados Unidos (desde la llegada de Donald Trump a la presidencia estadounidense), pero queremos mantenernos a un costado del tema político”, dijo Santiago Baños, director deportivo de selecciones.
Pero aunque se quiera alejar del tema, este se encuentra más presente que nunca: “Sabemos que hay paisanos que llevan mucho tiempo trabajando, viviendo aquí, que han formado su vida en este lado, pero son mexicanos, y por eso sabemos que el ver a su Selección es una alegría, es un lazo muy fraterno el que sientes y por eso estamos aquí”, agrega el directivo.
Hasta el momento, todas las tensiones políticas y empresariales entre los dos países no han afectado a la FMF en su relación con Soccer United Marketing (SUM), empresa con la que llevan quince años de sociedad para realizar juegos amistosos en Estados Unidos. “Nuestra relación con SUM está mejor que nunca, es muy estrecha, siempre estamos en gran comunicación. Tenemos un contrato a largo plazo y esperemos seguir estando con ellos por mucho tiempo”, asegura Baños.
Una posición un poco más comprometida es la de José de Jesús Corona, portero nacional que está consciente de que la gente mexicana que vive en Estados Unidos, “debe saber que los apoyamos en este momento”.
El guardameta de Cruz Azul trata de mostrar solidaridad. “En este tipo de eventos. Estamos con todo con nuestros paisanos. Que ellos sepan que tienen todo nuestro apoyo y en redes sociales tratamos de mostrarles que estamos conscientes de lo que les sucede, y esperemos que haya una pronta solución, por eso en estos juegos nos entregamos con todo”.
Discreto recibimiento. La recepción de la Selección Nacional Mexicana fue discreta de parte de la gente de Las Vegas. Apenas unas 20 personas se aparecieron en el aeropuerto y seis en el hotel de concentración, el cual está situado en la avenida principal de esta caótica ciudad.
El lleno está casi asegurado en el Sam Boyd Stadium, hasta el momento se han vendido casi 25 mil entradas y no se duda de que se rompa el record de asistencias que hay en el inmueble, que es de 30 mil personas.
A pesar de que el rival poco pinta. “Sí, es verdad, Islandia no viene con sus figuras, pero a pesar de eso todos tomamos el juego con la mayor seriedad. Aquí vienen muchos jugadores que quieren mostrarse, levantar la mano para lo que viene, no hay que olvidar que en el verano habrá que armar dos selecciones y esto nos da la oportunidad de elegir”, resalta Baños.
Esas oportunidades son las que Jurgen Damm no quiere desperdiciar. “Este es un juego muy importante para nosotros, porque así nos podremos mostrar por mayor tiempo.
El cambio generacional está muy presente en la Selección, por eso es importante demostrarle al profe (Juan Carlos Osorio) que estamos para cosas importantes, tanto para Copa de Oro como para la Copa Confederaciones”.
El veloz extremo de los Tigres no esconde que la Islandia a la que se enfrentarán “no es la misma que fue la sensación en la Eurocopa. No vienen los que eliminaron a Inglaterra, pero eso no nos debe importar, por algo visten su camiseta nacional, no van a regalarnos nada”.
La competencia será contra el rival, y también “contra nosotros mismos”, opina Jesús Corona. “Hay buena competencia en todas las posiciones y claro una gran disputa en la portería, y siempre peleamos por el puesto respetando sal compañero y trabajamos para estar en buen nivel y ser ser de los elegidos”.