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Pachuca se salva de la derrota

Los Tuzos rescataron el 1-1 en casa con Atlas

El Universal

Un cabezazo impecable. No tan productivo. Aquivaldo Mosquera levanta el puño y grita el gol. Es el 1-1, muy cerca del final. Pero al Pachuca el 1-1 frente al Atlas, que ha jugado con un hombre menos desde el minuto 28, le sabe a muy poco. Para los Rojinegros, en cambio, el resultado no parece del todo malo.

El arranque de partido ha sido con poco ritmo. Dos escuadras que se estudian con demasiado respeto. Pocas emociones en el arco. El argentino Walter Kannemann deja a los Zorros en desventaja muy pronto. Recibe dos tarjetas amarillas, al ’20 y ’28, para que la escuadra tapatía quede condenada a jugar en inferioridad numérica durante poco más de una hora.

Pachuca es el obligado a ir al frente. Pero los Tuzos tienen poca claridad. Apenas al ’39, Hirving Lozano hace un recorte en la orilla del área y toca al centro para Jonathan Urretaviscaya, cuyo remate es tapado por el arquero Miguel  Fraga, quien así salva a su equipo.

El final de la primera parte se acerca. El tiro de esquina por el costado izquierdo es ejecutado por Rodolfo Vilchis. La redonda llega al corazón del área. La marca es deficiente por parte de los defensores locales. Felipe Baloy queda solo. El cabezazo del panameño es contundente. Estremece las redes. Gol del Atlas, al ’41. Con una menos, la visita toma ventaja.

Para la segunda parte, el Pachuca se esfuerza por ofender. Al ’69, Erick Gutiérrez se tiende de “palomita”, pero la redonda pasa de largo. El rebote le cae nuevamente. Empuja el balón al fondo del arco. Pero el silbante anula la acción, porque al terminar en el suelo ha quedado en aparente fuera de lugar.

Agoniza el encuentro y los Tuzos están volados al frente. El centro nace desde el costado izquierdo. Aquivaldo Mosquera, agregado al ataque en una medida desesperada, queda sin marca luego de que Felipe Baloy tropieza y termina sobre el césped. El zaguero central colombiano conecta un gran cabezazo, cruzado y al ángulo. Gol del Pachuca. El 1-1 definitivo, al ’88. Para los locales, sabe a poco. Para los visitantes, no parece tan mal negocio.