El Universal
A pesar de todo y contra él mismo, si en este momento terminara el torneo, Puebla sería el equipo salvado. La derrota ante el Pachuca por 2-1, lo único que provocó fue alargar la lucha por el no descenso entre los Camoteros y la Universidad de Guadalajara, último lugar del porcentaje al finalizar esta jornada.
Los de La Franja suman 101 puntos en 100 juegos disputados, lo que les da para un porcentaje de 1.0202; en tanto que los tapatíos se quedaron con un seco 1.000, producto de 32 puntos en 32 encuentros jugados.
Cuestión de matemáticas.
Mas en la cancha, el Puebla siguió sin conseguir lo más importante: puntos. De nueva cuenta se fue al frente en el juego y de nueva cuenta la fortuna le jugó en contra, ya que un autogol abrió el camino para la voltereta pachuqueña que fue concretada con un penalti hecho gol por Ariel Nahulepán.
Pachuca, ajeno a problemas de desesperación, sumó 22 puntos y se metió entre los ocho mejores del torneo, con serias aspiraciones de Liguilla.
La Franja, entusiasmada por el título de Copa conseguido a mediados de semana, inició de buenas el juego. Luis Noriega de contrarremate abrió el marcador, ayudado con la mano, lo que seguramente le traerá sanción.
Los Tuzos se fueron al abordaje para de alguna u otra manera buscar el triunfo. Lo hicieron por todos lados, y por ninguno vieron la luz… Cuestión de paciencia, el mismo Puebla se encargó de entregarles el juego en bandeja.
Ya el árbitro del partido le había anulado un gol legítimo a los hidalguenses, cuando de nueva cuenta un autogol, esta vez de Mauricio Romero, echó abajo del trabajo de todo el equipo. No se repuso el Puebla, el Pampa acabó de hundir a su equipo al taclear a Nahuelpán en el área. Claro penalti que el argentino convirtió en gol.
El peor enemigo del Puebla ha sido el Puebla mismo. Errores, autogoles, los camoteros han hecho de todo para descender. Llevan siete juegos sin ganar. Y quien lo dijera, si en este momento acabara el torneo, el Puebla se salvaría.