El Manchester United dio hoy más lustre a su palmarés al ganar la Europa League, único título que le faltaba, con un triunfo cómodo frente a un Ajax desaparecido, sometido sin plantar batalla por los goles de Pogba y Mkhitaryan.
Fue un triunfo tan incontestable como funcionarial, con muy poco brillo en una final escasa de fútbol, en la que el equipo de Jose Mourinho impuso su físico, su organización defensiva y el mayor poso de sus jugadores, sin extrañar la actuación anónima de Rashford, decisivo en la semifinal contra el Celta.
Le llegó de sobra para vencer a un equipo inexperto y muy lejos del gran nivel que ha mostrado en toda la competición.
Salió mejor plantado el United, evidenciando la superioridad física de su centro del campo, con Mata como sorpresa en el once inicial, junto con el recuperado Smalling en el centro de la defensa.