Ante el triunfo de la Selección Mexicana 3-1 ante Chile.
Nuestros expertos analizan a los jugadores y sus acciones en el debut del Tata Martino al mando del conjunto tricolor.
Gustavo Calderon – Condenando Líneas
Toma el triunfo con cordura
Con una actitud muy buena; incluso, por encima del buen futbol, la Selección Mexicana —con Gerardo Martino al mando— deja un buen sabor de boca, porque supo aprovechar los momentos clave del partido para sacar adelante una aduana muy complicada, lográndolo con contundencia. Es un buen comienzo de proceso.
Enrique Beas – ¡Para qué Beas!
Ta… ta… ta… esperanzador
Más allá del marcador y el dominio de principio a fin para México, debemos entender un concepto que nos hacía mucha falta en nuestro convulso y a veces delirante futbol: sensatez. Así jugó el equipo del Tata, explotando y aprovechando cada cualidad de los que jugaron. Y lo mejor, ganarle a Chile, hasta darle un buen paseo.
Gilberto Alcalá – Gafete Internacional
Se arranca perfectamente
El marcador lo dice todo. Difícilmente, puedes hablar de otro tipo de cosas. La Selección Nacional arranca el proceso de buena manera y se le ganó contundentemente a un equipo con el que tuvimos una amarga experiencia hace poco menos de tres años. En los 90 minutos, México fue superior a un rival que estaba completo.
Tania Ventimilla – La Ventana de Ventimilla
Hay que tomar las cosas con mesura
Con el pie derecho arranca la era de Gerardo Martino al frente de la Selección Mexicana, pero no hay que volvernos locos. Esto no es una revancha deportiva con la selección chilena, porque debería darse en condiciones similares. Este es sólo el primer ensayo,
el cual pasó gracias a trabajo individual y calidad dentro de la cancha.
Daniel Blumrosen – Factor Decisivo
Martino demuestra por qué lo trajeron
Tras un proceso marcado por las dudas y la incongruencia, lo mostrado por el equipo mexicano da tranquilidad. Es cierto que Chile complicó en la primera mitad, pero el Tricolor nunca se salió de su script y el final de la historia fue dulce.
Se recuperó contundencia y, sobre todo, la confianza en el estratega nacional.