El Liverpool dio un golpe de autoridad a la Premier y arrolló a domicilio al Leicester (0-4), hasta hace poco el único capaz de mantener su ritmo y que dispara al conjunto de Jurgen Klopp, desenfrenado, hacia la conquista del título de Liga inglesa.
El reencuentro con la Premier tras conquistar días atrás el Mundial de Clubes en Doha fue a lo grande. Impuso un ritmo frenético al partido el conjunto de Anfield, que minimizó al cuadro de Brendan Rodgers.
El dominio del Liverpool fue absoluto y su triunfo, desatado definitivamente en la segunda mitad, no estuvo puesto en cuestión en ningún momento. Un varapalo para los ‘foxes’ que languidecen en los últimos compromisos. El Leicester acumula ya tres partidos sin ganar.
Empató con el Norwich y después ha sumado dos derrotas seguidas, contra el Manchester City y ahora con el Liverpool.
De hecho, el conjunto de Brendan Rodgers puede perder en esta jornada del ‘boxing day’ su segundo puesto si el City del español Pep Guardiola gana al Wolverhampton el viernes.
Pero no tuvo opción el equipo local, agazapado en su campo casi sin respuesta en ataque. Mohamed Salah pudo abrir el marcador al inicio con una acción al contraataque que inició desde el centro del campo. El egipcio enfiló la portería del Leciester pero la buena salida de
Kasper Schemeichel dejó sin ángulo al atacante, que acabó por disparar al lateral de la red.
El marcador se abrió a la media hora. Trent Alexander Arnold, uno de los más destacados del conjunto de Klopp, efectuó un gran centro al segundo palo. Firmino, de cabeza, marcó.
Pudo ampliar por culpa de un error de Jonny Evans que dejó a Sadio Mané solo ante Schmaichel. El senegalés disparó a bocajarro y el portero danés evitó el segundo.
Aceleró en el tramo final el Liverpool que noqueó definitivamente al Leicester. La avalancha red empezó en el 71 con un penalti que llegó por una mano dentro del área de Caglar Soyuncu. James Milner, que poco antes había saltado al césped por Naby Keita, transformó desde los once metros.
Dos después un preciso medio de Alexander Arnold desde la derecha dejó la pelota a los pies de Firmino, que anotó su segundo tanto personal y el tercero en el partido. Y en el 78 fue el lateral el que recibió el premio a su gran partido.