Janelly Farías fue rechazada por su propia familia porque le gustaban el futbol y las mujeres, pero se aferró a sus pasiones y triunfó.
Para Janelly Farías hubo un primer amor desde niña: el futbol. Y se aferró a él con pasión, cuenta, tanto que desde los cuatro años lloraba porque sus papás no la dejaban patear un balón.
Ahora es futbolista profesional, juega para Chivas femenil con el número 4 en los dorsales, y recuerda que ese fue el primer obstáculo que tuvo que sortear. El segundo fue igual o más complicado: su preferencia sexual.
Y de nueva cuenta, la incomprensión familiar: “Lo más difícil para mí fue el rechazo de mis papás cuando se dieron cuenta que yo tenía novia«. Así que tuvo que ser firme para defender sus amores.
«Mi amor hacia el futbol nació a los cuatro años. Al principio no me dejaban jugar ‘porque eres niña’. Me acuerdo que lloraba. Y no sólo era de mi papá, sino mi mamá también la que me decía ‘eres niña, las niñas no juegan futbol y no usan short’. Siempre batallé con eso», recordó la zaguera de 29 años.
Nacida en Santa Ana, California, aunque de padres mexicanos, Janelly narra que más grande vino otra prueba: “Lo más difícil para mí fue el rechazo de mis papás cuando se dieron cuenta que tenía novia. Fue algo tan fuerte que incluso dejé de jugar y hasta pensé que había perdido la pasión por el futbol«.
Se deprimió, señaló a TUDN. «No estaba bien de ánimo, bajó mi nivel en mi equipo y dejaron de convocarme a la Selección Mexicana«.
Conservadores, sus padres recriminaron que «tú no puedes ser así’, ‘las mujeres tienen que estar con un hombre’ y cosas por el estilo. Hasta que se armó de valor y pidió que la entendieran en lugar de juzgarla.
«Hablé con mi mamá, entre lágrimas, ‘necesito que me ames, soy tu hija, soy mujer‘ y lloró pero reaccionó ‘tienes razón, perdóname’.
Luego, con mi papá fue más difícil porque me dijo cosas que me rompieron el corazón, pero lo aceptó”.
Ahora es jugadora estelar con Chivas femenil, luego de pasar por Apollon Ladies FC y Los Ángeles Galaxy. Y en su palmarés está el Mundial Sub-20 de Rusia 2006, dirigida por Leonardo Cuéllar.