El futbol, al que alguna vez se le llamó “el juego del hombre”, cada día tiene a más mujeres como sus grandes protagonistas.
Las jugadoras de la selección de Estados Unidos han logrado que la federación de ese país les pague 24 millones de dólares, para dejar atrás una disputa por supuesta discriminación.
Además, ahora recibirán remuneraciones y bonos igualitarios con relación a los integrantes del combinado varonil.
Las estadounidenses han ganado cuatro veces el Mundial y se han llevado la medalla de oro olímpica también en cuatro ocasiones, pero no percibían lo mismo que el cuadro masculino, que no ha tenido esos logros.
“Este es un paso histórico, un paso para la igualdad”, considera Andrea Rodebaugh, exseleccionada mexicana y quien actualmente es consultora técnica de la FIFA.
“Era inconcebible que esto no se diera; esto es un parteaguas, todo debe comenzar a cambiar. Si una mujer hace lo mismo que un hombre, ¿por qué no ha de ganar lo mismo? Y más si consigue mejores resultados. Era algo ilógico”, dice.
Rodebaugh, quien jugó por México en la Copa del Mundo de 1999, espera que el logro de las estadounidenses se propague por otras selecciones del mundo: “En Australia y en Brasil, ya se hace lo mismo en cuestión de viáticos y prestaciones, y está muy bien, porque es la misma dedicación, es el mismo o hasta mayor sacrificio”. La diferencia radica “en que la Federación de Estados Unidos le paga a sus seleccionados; en otros lados, no”.
Compararlo con México no es posible: ”Desconozco si les dan los mismos viáticos a hombres y mujeres. Esto se irá reformando. No se puede negar que todo esto ha cambiado”.