Al parecer, las Chivas de Fernando Gago sí son una realidad. Gracias al pundonor de Antonio Briseño y al buen momento por el que atraviesa Víctor Guzmán, el conjunto rojiblanco derrotó (2-0) al FC Juárez ante la algarabía de los aficionados tapatíos que vuelven a sonreír con el despertar del gigante.
El Rebaño sumó su cuarto partido consecutivo sin conocer la derrota en el Clausura 2024 tras empatar con el Tijuana (1-1) y superar al Toluca (3-2) y al Atlético San Luis (0-2).
Primero, el Pollo fue el encargado de abrir el marcador (33′) en el Estadio Akron. El defensa central logró desmarcase correctamente y apareció completamente solo dentro del área chica para conectar un tiro de esquina bien ejecutado por Roberto Alvarado.
Desde la llegada del director técnico argentino, las Chivas apuestan por la posesión de la pelota y terminan dominando al rival con un toque tras otro.
Los Bravos, quienes estrenaron entrenador en la figura del brasileño Mauricio Barbieri, también sufrieron la fortaleza rojiblanca y se quedaron sin poder generar oportunidades claras de gol en la portería de Raúl Rangel, tanto en la primera parte como en la segunda.
La contundencia sigue siendo un punto para mejorar en la escudara tapatía, ya que suelen llegar con peligro, pero terminan desperdiciando en la última definición, tal como le pasó al Piojo en dos ocasiones y a Cade Cowell, quien volvió a ingresar como revulsivo y, a base de pundonor, creó dos oportunidades en el ataque, pero falló frente a Sebastián Jurado.
Para fortuna de los seguidores presentes en el inmueble que será mundialista, apareció el capitán del Rebaño que está viviendo su segundo aire y aprovechó el estar fino frente al marco rival para perforar las redes (74′) del conjunto fronterizo y tener prácticamente definido el compromiso.
Sin embargo, el excentrodelantero de Chivas, Ángel Zaldívar, le pondría emoción a los minutos finales al descontar (98′) desde el manchón penal.
Los dirigidos por el director técnico argentino se imponen en la Liga MX y en la Liga de Campeones de la Concacaf y lo hacen tanto en su casa como en condición de visitante, es decir, el Rebaño está bien trabajado y no desentona, a pesar de las distintas circunstancias.