Lo que comenzó como una fiesta terminó como un capítulo lamentable con quienes se hacen llamar aficionados de las Chivas.
Un grupo de integrantes de la barra rompió una valla, encaró a Antonio Briseño y esto desató el caos en el hotel de concentración del Guadalajara en la Ciudad de México.
Desde las 18:30 horas del viernes santo seguidores rojiblancos se dieron cita en el Pedregal para realizar los tradicionales cánticos en apoyo al equipo.
Todo parecía que así era, pese a la presencia de mantas contra la directiva, en la que eran señalados de payasos y los jugadores de «Pocos huevos».
Fiesta, luces, música, pirotecnia, hasta que pasadas las 21:00 horas algunos futbolistas salieron a firmar y saludar a los seguidores, fue entonces donde todo se convirtió en caos.
Un personaje persiguió al Pollo hasta la entrada del hotel, reclamos y gritos. Pero la cosa no quedó ahí.
El cerco para separar a afición de jugadores se rompió. Los asistentes corrieron hacia la puerta y el caos fue mayor.
Ya dentro, en el Lobby del hotel, uno de los altos mandos de la barra, en imágenes que EL UNIVERSAL Deportes pudo captar, platicó, aún con reclamos, con Briseño.
El Pollo incluso les mencionó que tanta es la tensión que viven que les da miedo salir a la calle.
«Yo sé que está mal, que hay impotencia, pero para nosotros es peor, a veces hasta se meten con nuestras familias, nos da miedo salir a la calle, con todo y mis limitaciones yo también me muero en la cancha, en cada entrenamiento, todos hacemos lo mismo»
Entonces el aficionado interrumpió y dijo: «No se ve (el esfuerzo de los jugadores), no sé quién sea, si el técnico, si Amaury, si Peláez, estamos hasta la madre», reclamó.
El saldo, reclamos, insultos al por mayor, una puerta de cristal rota y envases de cerveza volando por el lugar.
Caos, tensión y las barras que siguen haciendo de las suyas en el futbol mexicano.