La Juventus de Turín, rival del Mónaco en las semifinales de la Liga de Campeones, intentará contrarrestar el poder ofensivo del club monegasco con su defensa, la mejor de Europa, que solo concedió dos goles en esta campaña, ambos en la fase de grupos.
El club campeón de Italia cuenta con los mejores números defensivos de Europa este año y aún no ha concedido dianas en la fase a eliminación directa, en la que anuló tácticamente al Oporto en los octavos de final y al Barcelona en los cuartos.
La solidez defensiva permitió a los turineses llegar hasta las semifinales con un camino triunfal, que los ve invictos en esta campaña (7 victorias y 3 empates) y que les permitió convertirse en un equipo temible también fuera de casa.
Los hombres del técnico Massimiliano Allegri ganaron cuatro partidos y empataron uno fuera de casa (0-0 en el Camp Nou contra el Barcelona) y buscarán confirmar estas estadísticas ante uno de los equipos mejor preparados bajo el punto de vista ofensivo.
La impermeabilidad defensiva del Juventus no se basa únicamente en el talento de sus zagueros, sino en el gran trabajo de filtro que realizan todos los integrantes de la plantilla «bianconera», empezando por los delanteros.
Cuando Allegri, al principio de enero, alineó por primera vez a un 4-2-3-1 con los argentinos Gonzalo Higuaín y Paulo Dybala, el croata Mario Mandzukic y el colombiano Juan Guillermo Cuadrado en el campo desde el primer minuto, muchos fueron escépticos.
Parecía un módulo exageradamente ofensivo, que rompía además con la tradición de un Juventus que siempre basó sus éxitos en la atención defensiva y en el acierto en fase ofensiva.