A Iván Marcone le cayó una maldición cuando dejó al Cruz Azul. El volante regresó a Argentina, porque supuestamente le prometieron que sería titular en Boca Juniors y jugaría en la Selección. Pues no, ni uno ni lo otro.
Buscó regresar a nuestro país: Monterrey y América se interesaron. Pero no, ni uno ni lo otro. Entonces fue ofrecido al Independiente, como pago por unos adeudos. Y tampoco se acomodó.
Lo que le queda ahora al contención argentino es ir a Turquía a continuar con su carrera, siempre y cuando Boca acepte la oferta, que es muy inferior —2.5 millones de dólares—, a lo que se pagó por él, que fueron seis millones de billetes verdes. No cabe duda que su perdición fue irse de México