La primera página del reinado de Pelé se escribió un 7 de septiembre de 1956. Ese día, festivo en Brasil, un mozo de 15 años debutaba con el primer equipo del Santos en un estadio que hoy ni existe y marcaba su primer gol: «Nadie imaginaba que iba a ser el mejor del mundo», recuerda uno de sus rivales.
Su estreno fue en un amistoso contra el Corinthians de Santo André.
Antonio Schank Filho, en la época volante de ese modesto club de la región metropolitana de Sao Paulo, aún recuerda con detalle el bautismo goleador de Edson Arantes do Nascimento, que este viernes cumplirá 80 años.
Él sufrió en primera persona las primeras diabluras de un adolescente al que entonces no se le conocía por Pelé y sí como ‘Gasolina’, mote que le puso el vestuario del Santos por su rapidez.
Era un día soleado y la expectación era máxima en el estadio Américo Guazzelli, convertido hoy en un conjunto de instalaciones polideportivas. El Santos había sido invitado por la Alcaldía de Santo André para un amistoso con motivo del Día de la Independencia.
Pelé, quien hacía apenas un mes que acababa de firmar su primer contrato profesional con el club albinegro por 6.000 cruzeiros al mes, menos de dos salarios mínimos, fue convocado para el encuentro, pero empezó en el banquillo.
«La estrella de ese Santos era Del Vecchio», explica a Efe Antonio, hoy con 85 años, en su casa de Sao Bernardo do Campo, cerca de Sao Paulo, donde guarda con mimo todos los reportajes sobre ese partido histórico en el que él también fue protagonista.
El técnico Lula saltó con un once formado por Manga, Hélvio, Ivan, Ramiro, Urubatao, Zito, Alfredinho, Álvaro, Del Vecchio; Jair y Tite.
Antonio dice que se fueron al descanso perdiendo por 3-1, aunque las sensaciones del equipo eran buenas. Confiaban en la remontada para el segundo tiempo.
Los locales todavía se animaron más cuando, sobre el minuto 60, la megafonía anunció que abandonaba el campo Emmanuele Del Vecchio y entraba un tal ‘Gasolina’.
Debutaba con la primera plantilla el que con los años se convertiría en leyenda del Santos y triple campeón mundial (Suecia 1958, Chile 1962 y México 1970) con Brasil, el único que lo ha hecho hasta la fecha.
«¿Gasolina? Me dirigí a Zito (su compañero y no el que jugaba en el Santos) y le dije: ‘Acabaron las prisas, salió Del Vecchio'», relata Antonio, a quien en la época llamaban simplemente ‘Tonico’.
La remontada estaba más cerca aparentemente. Pero se equivocó. La entrada de Pelé cambió el partido. Comenzó el baile para el Santos y el infierno para el Corinthians de Santo André.
«Cuando agarró la pelota….», recuerda el exvolante dibujando en su cabeza las carreras del jovencísimo delantero negro, nacido el 23 de octubre de 1940 en la humilde localidad de Três Corações.
«Era un jugador que regateaba e iba hacia delante. Neymar, por ejemplo, regatea y vuelve para volver hacer otro regate. Pelé era diferente», analiza.
Y en el minuto 81 llegó el primero de los 1.091 goles que marcó con el Santos, en el que militó durante 18 años. Fue una jugada antológica que mezcló magia y potencia, de esas que hoy se calificarían de «maradonianas».
«Me regateó a mí», superó a Zito, Dati y «cuando el portero salió, le metió la pelota entre las piernas» para iniciar su cuenta goleadora, rememora el antiguo centrocampista.
En el arco del Corinthians estaba Zaluar, que entró en sustitución de Antoninho, y pasó a la historia como la primera «víctima» de Pelé.
El partido terminó con victoria para el Santos por 1-7, un resultado hoy de recuerdos amargos para los aficionados brasileños, pues evoca la goleada de Alemania a Brasil en el Mundial de 2014, con la Canarinha como anfitriona.
Zaluar falleció en 1995, aunque en vida siempre compartió con orgullo el hecho de haber encajado el primer gol del astro brasileño.
De hecho, cuando daba entrevistas acostumbraba a llevar una camiseta con la frase: «Zaluar. Portero Rey Pelé 0001».
El mismo orgullo muestra hoy Antonio, quien solo tiene palabras de agradecimiento hacia el Rey.
«Nadie imaginaba que iba a ser el mejor jugador del mundo», subraya el que luego sería técnico del Alianza de Sao Bernardo, un club de la región metropolitana de Sao Paulo que ganó cierto nombre en la década de los 70.
Ese fue el pistoletazo de salida para una carrera meteórica que permitió al Santos convertirse en uno de los clubes más respetados del mundo y a Brasil en el «país del fútbol».
La cuenta solo se cerraría en 1977, cuando se retiró. Pelé asegura que anotó 1.283 goles, aunque otras fuentes hablan de 1.281 o 1.282. Por el momento, ningún otro jugador en la historia ha alcanzado esas cifras.