La vida le sonreía en todos los colores a Dani Alves. Lo tenía todo.
Después de un semestre donde casi no tuvo actividad con la Juventus de Turín en Italia, había encontrado en los Campos Elíseos, en el París Saint Germain, el refugio idóneo para seguir jugando al futbol y estar en el Mundial de Rusia 2018.
Hasta que… Fue el 11 de mayo de 2018, a dos meses de que iniciara la Copa del Mundo rusa, la Confederación Brasileña de Futbol anunció:
«Exámenes constataron la imposibilidad de convocar a Dani Alves para la Copa del Mundo. Que el atleta tenga una pronta recuperación y pueda colocar su técnica, raza y liderazgo al servicio de la Amarelinha lo antes posible. #ForçaDani».
¿Qué fue lo que sucedió? Lo peor que le puede pasar a un futbolista en vísperas al torneo más importante del mundo: Una lesión en la rodilla.
Durante la final de la Copa de Francia, Dani Alves salió lesionado, la rodilla derecha resultó afectada. El juego lo ganó el PSG 2-0 al Les Herbies, pero el costo fue muy alto para el brasileño.
Dani Alves se perdió la Copa del Mundo de Rusia, la cual sería la tercera en su carrera después de haber jugado en Sudáfrica 2010 y Brasil 2014.
Alves ha tenido que esperar casi ocho años para buscar su tercera Copa del Mundo, la cual no está asegurada pero puede estar muy cerca ahora que firmó con los Pumas.
Tite, técnico de Brasil, le dijo que tenía que estar activo para ser considerado en la nómina final de la verdeamarelha y así olvidarse de la gran tragedia de su vida.