Los Ángeles.— El trayecto final de la odisea a la milenaria tierra de los zares arranca a 10 mil kilómetros de distancia. La mítica Plaza Roja aún está muy lejos, pero eso no resta importancia a quienes dan los primeros pasos hacia allá.
Esta noche, la Selección Nacional Mexicana enfrenta a la de Gales en el Rose Bowl. Es la despedida tricolor de su público en este lado de la frontera, pero también la primera prueba para aquellos que no tienen un lugar seguro en la nómina mundialista.
Juan Carlos Osorio aún debe realizar cuatro descartes, por lo que cualquier error puede ser costoso. La última parte del casting para Rusia se efectúa hoy en el mítico inmueble californiano y el sábado, en el Estadio Azteca, contra Escocia.
Aunque nada está confirmado todavía, los más señalados a salir podrían ser el delantero del Galaxy de Los Ángeles Giovani dos Santos; el volante de contención de los Rayados de Monterrey, Jesús Molina; el extremo derecho de los Tigres de la Universidad Autónoma de Nuevo León, Jürgen Damm y el volante de los Tuzos del Pachuca, Erick Gutiérrez.
La decisión la tomará antes del 2 de junio, antes del juego del adiós de la afición mexicana.
“Claro que hay algunas jugadas en las que podrías no… digamos, no meter tanto la pierna, pero eso también te costaría el Mundial, si el profesor se da cuenta de que no te estás entregando al máximo, él está atento a todos los detalles”, subraya el delantero Oribe Peralta, quien luce con un sitio seguro en la XXI Copa del Mundo. “Tenemos que jugar con la misma intensidad, no aflojar”.
Discurso compartido por el resto de los futbolistas que realizaron el viaje a tierras californianas.
No están los 27 convocados, porque el capitán Rafael Márquez se encuentra impedido de entrar a Estados Unidos por el señalamiento que le hizo el Departamento del Tesoro acerca de posibles nexos con una red de lavado de dinero proveniente del narcotráfico. Otros como Miguel Layún y Alfredo Talavera, siguen de vacaciones.
“Partidos como este en contra de Gales nos ayudan mucho, ya que dan la posibilidad de enfrentar a un buen equipo a pocos días del Mundial”, considera el guardameta Guillermo Ochoa. “Debemos hacer lo que sabemos y pensar que es una buena oportunidad para acercarnos a lo que queremos hacer en Rusia”.
Porque da lo mismo que estén a casi 10 mil kilómetros de Moscú. El tramo final del camino empieza aquí y se espera termine muchos kilómetros y muchos, pero muchos días después.