La Bundesliga pasó de llevarse los aplausos, por su controlado regreso tras el parón por la pandemia, a ser el centro de críticas tras anunciar que investigaría a los futbolistas que se manifestaron sobre el racismo, pero la calma ha vuelto al balompié alemán.
Luego de que jugadores como Jadon Sancho, Achraf Hakimi, Marcos Thuram o Weston McKennie aprovecharan las cámaras en sus respectivos partidos para protestar sobre el caso George Floyd, las autoridades de la Liga, apegadas a su reglamento, no tardaron en abrir una carpeta de indagación, situación que levantó polémica ante los ojos del mundo.
Hoy, sin embargo, la misma administración dio a conocer que no habrá sanciones para los futbolistas en cuestión, y se sumó a la causa que ellos defienden.
«La Federación Alemana de Futbol está firmemente en contra de todas las formas de racismo, discriminación y violencia, y defiende la tolerancia, la apertura y la diversidad», afirmó en un comunicado emitido esta mañana.
Las protestas por discriminación racial han llevado a las calles a miles de ciudadanos estadounidenses, pero comunidades ajenas, como lo es el deporte, se han mostrado solidarias desde distintas partes del mundo.