Al Calor Deportivo

Juan Reynoso reconoce deuda con la afición de Cruz Azul

Juan Reynoso sabe que la lista de promesas cruzazulinas es tan larga que no cabe una letra más en el pergamino, pero le resulta imposible no ilusionarse al ver aquella foto suya del domingo 7 de diciembre de 1997, cuando levantó el trofeo que acreditó a La Máquina como monarca.

Él es el hombre que recibió la más reciente copa liguera de los celestes. Han pasado 23 años desde entonces, y el peruano estuvo fuera de la institución en buena parte de ese lapso, pero eso no significa que desconozca la enorme deuda con el pueblo cementero, ese al que anhela otorgarle otra alegría.

“Hoy, [el Cruz Azul] arrastra mucha gente, y eso se tiene que valorar, ponderar, y tenemos una deuda pendiente. Eso lo tenemos claro todos”, sentencia el director técnico de La Máquina, en entrevista.

El exdefensa central sabe que no era la primera opción de la directiva azul; no le da importancia. Lo que atesora es la positiva recepción que la ha dado esa gente que ha depositado toda su confianza en él.

“Sé que mucho ha pesado, para mi designación, mi pasado como jugador, que de alguna u otra forma la gente mayor se queda con mi esfuerzo como jugador, lo que me tocó ganar, transmitir, y para mí es una deuda grande, que será saldada viendo a un Cruz Azul logrando cosas importantes”, sentencia.

“Que digan que sí valió la pena y Juan hizo su mejor esfuerzo. Dios quiera que se deje huella aquí en el equipo con objetivos, logros y en dejar un mejor club. Esa hoy es mi aspiración”.

Su cabello comienza a platinarse, lo que refleja el tiempo transcurrido, pero desea que aquella foto en León sea actualizada pronto, también con él como protagonista.

“Dios quiera se dé, levantando el trofeo, con varios kilos de más, pero ojalá se dé, vamos a dar todo el esfuerzo”, comparte Reynoso. “La primera parte ahí la vamos haciendo en el conocimiento mutuo, en hacer clic con los muchachos. Esa parte se va resolviendo bastante bien”.

La siguiente es la que ha sido imposible para otros: saldar la enorme deuda que el equipo tiene con su afición.